Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam /Segunda Parte 
Fotos: Jafet Moz / Agencia Es Imagen

Don Eulogio Luna, padre de Roxana Luna, tenía una casa abierta a sus compañeros de todo el mundo. Ahí llegaron a vivir muchos exiliados con sus familias. Chilenos, argentinos, uruguayos, guatemaltecos. Sus cuatro hijos convivieron siempre con ellos. Ahí fueron formando su talante solidario. Ahí aprendieron lo que no se lee en los libros: el lado íntimo del exilio. Por la casa de don Eulogio pasaron muchos líderes nacionales como Cuauhtémoc Cárdenas. También llegaban los campesinos y los obreros a los que asesoraba. Roxana Luna abrevó en esas aguas y desde donde esté sigue el ejemplo de su padre.


LOS MESES Y LOS AÑOS

MAM: ¿Cómo son los primeros años del matrimonio Luna-Porquillo?

GMP: Muy bien. Una buena relación. Me iba a trabajar y él también. Trabajaba en todas estas comunidades de Cholula, de Atlixco... En la tarde se iba a sus reuniones."Alcánzame", me decía. Ayudaba mucho a la gente. Si no le pagaban no había problema. Él de todos modos los ayudaba.

MAM: ¿Y cómo se mantenían?

GMP: Yo trabajaba. Anteriormente en la universidad el salario era buenísimo. Del 75 al 88 eran unos salarios buenísimos, porque todavía estaba la izquierda en la universidad.

MAM: ¿Cómo era la vida en familia en un hogar comunista?

GMP: Pues a veces nos teníamos que llevar a las marchas a mis hijos, y aprendieron a ir gritando las porras y las consignas. Iban con sus banderines los cuatro. Esto les sirvió de mucho a ellos. Incluso cuando había elecciones —aquí en Cholula o en algún otro lado—, mi esposo era de las personas que agarraba el coche, ponía las bocinas y se llevaba a los niños. "Orale, habla. Tienes que hablar", les decía.

LA CÁRCEL, LOS RECLAMOS

MAM:  ¿Qué es lo que más admiró de su esposo a lo largo de su vida juntos?

GMP: Su capacidad, su talento.

MAM: ¿Nunca se doblegó?

GMP: Nunca.

MAM: ¿Cayó en la cárcel?

GMP: Sí. Hubo un movimiento aquí en Cholula cuando vino Melquiades Morales. Él era el gobernador. Eulogio encabezaba un movimiento de toda la gente de Cholula y de los pueblos. Llegaron hasta el centro con esa manifestación y ya llegando acá lo detuvieron con otros compañeros. Fueron tres. Y fue ahí cuando Roxana —quien empezaba a militar en el PRD— llega y le dice a Melquiades Morales tomándolo de la camisa: "¡Suelten a los compañeros, suéltenlos!"

MAM: ¿Cuántos años tenía Roxana?

GMP: Como 17.

UN HOGAR COMUNISTA

GMP: Cuando nació Roxana estaba el problema de San Andrés Cholula, que estuvo muy discutido y todo. Entonces Eulogio estaba en ese movimiento. Defendiendo. Resulta que nace Roxana y yo le llamo y le digo: "Oye, yo ya me siento mal, ya va nacer tu hija". "Sí, vete. Allá llego. Vete al hospital", me dijo. Total que nació mi hija y no llegó. No llegó en toda la noche. Yo no me enteré sino hasta ya después de que él no había llegado que lo habían encañonado ese mismo día. Y lo fueron a aventar en una barranca. Yo me enojé mucho. No le hablé como en un mes.

MAM: Estar casada con un líder social como don Eulogio fue muy complicado, ¿No? No es como estar casada con un contador, un ingeniero, un médico.

GMP: No. Para nada. Y es que también yo participaba dentro de la universidad. Desde que empecé a trabajar fui delegada en el sindicato y estuve por varios años como delegada. Cuando tenía reuniones él me entendía.

MAM: ¿Cuando sus hijos fueron creciendo militaron en la izquierda?

GMP: Sí, todos. Los cuatro.

LOS AÑOS FINALES

MAM: ¿Cómo fueron los últimos años de don Eulogio? ¿Seguía militando?

GMP: Toda la vida militó. Terminó su vida en el partido. Primero en el Partido Comunista. Por último en el PRD.

MAM: Con los años llegaron las enfermedades, ¿No?

GMP:Él empezó a estar enfermo como en el año 2000 más o menos. Ya así fuerte. Yo le decía "gordito, vete al médico, vamos al médico. Tienes que hacerte análisis".

MAM: ¿De qué se enfermó?

GMP: Era diabético.

MAM: ¿Qué decía de los médicos? ¿Por qué no se trababa?

GMP: Pues me decía: “No, yo no voy con los médicos, son unos pendejos, que no sé qué". (Risas) No creía en la medicina. Creía más en la medicina alternativa. Ya traía una yerbita, ya traía la otra. Le digo: "No, es que tienes que irte al médico". Ya por el 2005 empezó a estar muy mal. Le dio muy fuerte su crisis de diabetes.

Roxana Luna Porquillo (RLP): Después de esta marcha que fuimos en apoyo a la APPO en Oaxaca se empezó  a poner mal. Nos fuimos caminando y fue una experiencia bien bonita, porque nos quedamos a dormir en una batea de camioneta. Éramos tres mujeres, mi papá y otro compañero.

GMP: Ahí fue donde comienza con el problema del pie diabético. Afortunadamente tuvo muy buena atención en el Hospital Universitario. Para convencerlo tuvo que venir un amigo que es doctor y le dijo: "A ver, compadre, ¿no quieres vivir? Quédate ahí. ¿Te quieres morir? Órale".  Y él decía: "No, compadre, yo no voy a ir". "Pues te vas a ir y te voy a llevar ahorita", dijo el médico. Y fue porque lo llevó el doctor Márquez, su compadre, si no desde ese entonces ya se hubiera muerto. Le salvaron el pie, el dedo, y gracias a Dios salió bien, Empezaron a darle tratamiento para su diabetes, pero le vinieron las complicaciones. Se le complica el riñón, se le viene el problema de insuficiencia renal crónica. Y le dice el doctor: "Ya tiene muy avanzado su problema, le tenemos que hacer la diálisis". Y después, como a los seis meses, le dicen: "No, vamos a ir a la hemodiálisis". Él, sin embargo, se sentía con fuera y seguía trabajando. (Continuará mañana)

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