La Loca de la Familia
Por: Alejandra Gómez Macchia / @negramacchia
Lo del Hotel MM (en Puebla) fue un asalto.
Véase como se quiera ver, la irrupción de una panda de malandros acostumbrados a gritar, golpear y arremeter contra personas (y/o cosas) es un acto de total hostilidad.
Recuerdo la primera vez que vi a José Juan Espinosa interpretando el papel de diputado local.
En aquel entonces subía a tribuna y montaba escenas encolerizadas contra varios de sus compañeros. Siempre hablando con un tufillo de autoridad moral pestilente.
Meses más tarde, al impoluto diputado le sacaron sus trapos sucios: una serie de negocios que de la noche a la mañana crecieron desmesuradamente, la posesión de un club hípico frente al Cristo, en Atlixco, y otras parcelitas nada despreciables rumbo a Nexatengo.
El diputado entonces no era tan puro como se vendía.
Además es bien sabido en el medio político que JJ ha traicionado a mansalva, y es dueño del cebollero más gran del mercado de San Pedro Cholula.
También Fernando Manzanilla es miembro dorado del club del cebollero (región Las Fuentes).
Así nuestros vengadores de la nueva izquierda poblana.
Estos dos personajes llegaron, junto con Alejandro Armenta (alias “El Kid Acatzingo") a armar un desmán gansteril-tepiteño al hotel MM, donde un grupo de muchachos panistas contaban votos de las boletas que el INE ofrece a los partidos políticos para hacer el cómputo interno.
JJ y sus morenazis (suena a banda palenquera sinaloense) montaron un zafarrancho que, en efecto, llegó a todos los medios nacionales.
Lo que nunca esperaron era que la “nota de ocho” no fuera el supuesto fraude que se fraguaba en el hotel, sino la manera tan burda y violenta en la que actuaron.
¿Son esas la formas de “evitar” una arbitrariedad?
¿Esa es la manera en la que se va a exigir justicia por parte de la gente de MORENA?
Y es que al sentirse dueños del país, al tener mayoría en el congreso, estos sujetos creen que el fin justifica los medios.
Los métodos salvajes de hombres como los mencionados hablan mucho de lo que se vivirá a partir de hoy en nuestro estado.
Pero, ni hablar; el pueblo harto, el pueblo bueno, los puso ahí para que pudieran hacer de las suyas con la venia de un fuero que aún no se extirpa.
Este será el nuevo cáncer del país.
La ley del más fuerte (o de los más montoneros).
Pobre AMLO… porque gracias a esta escoria a la que recurrió para darle cuerpo a su partido, engendrará nuevos monstruos. No gestados desde la razón, sino desde la fuerza.
No cabe duda que los peores enemigos de AMLO siguen siendo sus apóstoles y los borregos que siguen a estos apóstoles a todas partes pregonando como ropavejeros “es un honor estar con Obrador”.
