Las Serpientes 
Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo

Como lo mencioné en una entrega anterior, las candidaturas comunes resultaron “veneno puro” para el aspirante de Morena a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa Huerta, quien junto con sus corifeos alega “fraude electoral”, sin querer darse cuenta de la frialdad de los números.

Sin meterme en el tema de la violencia y las muertes que ocurrieron en la jornada electoral, ya que éstas deberán ser tema del Tribunal, que deberá analizar si es causal para aplicar la “nulidad abstracta”, los números muestran en forma fría, pero contundente, que fue el modelo aplicado y no otra cosa lo que hizo que Barbosa perdiera y todo los demás candidatos de Morena ganaran, porque así, repito, fue diseñado el modelo, que era ya la única carta que se tenía que jugar el grupo en el poder para tratar de frenar el tsunami llamado Andrés Manuel López Obrador.

Quienes alegan que hubo fraude, porque era imposible que López Obrador ganara, los senadores ganaran, los diputados federales y los locales ganaran, las presidencias municipales se ganaran y Barbosa perdiera, se ciegan y no quieren ver que la respuesta fue el esquema de candidaturas comunes que protegió a Martha, ya que privilegió el voto diferenciado al contar la panista con 31 distintas formas de votar.

Un claro ejemplo del voto diferenciado y el efecto de las candidaturas comunes es lo que pasó en dos ciudades emblemáticas para Morena: San Pedro Cholula y San Andrés Cholula, donde los aspirantes a presidentes municipales, Luis Alberto Arriaga y Karina Pérez, respectivamente, ganaron la alcaldía.

Arriaga gana en San Pedro Cholula con 21 mil 167 votos, López Obrador, que es punto y aparte, arrasa en el municipio con 36 mil 568 votos, pero Barbosa pierde ante Martha Erika. El abanderado por Morena obtuvo 19 mil 568 votos, mientras que la panista 22 mil 397 sufragios ¿Fraude? No. Voto diferenciado provocado por las candidaturas comunes donde adicionalmente Martha recibe votos del PSI y su candidato a la alcaldía Rubén Percino, más otros de Heidi Vital Esquivel, del PRD Margarita Tlapa y de la coalición PAN-MC que encabezó Julio Lorenzini.

La candidata de Por Puebla al Frente le gana en votos hasta al triunfador de la contienda a la alcaldía y es por las candidaturas comunes.

Lo mismo ocurre en San Andrés Cholula, Karina Pérez se impone con 21 mil 904 sufragios, López Obrador arrasa con 32 mil 122, Barbosa obtiene 18 mil 122 y Martha les gana a todos menos a López con 22 mil 779 sufragios, ¿Otra vez fraude? No. Candidaturas comunes, Martha sumó votos de Mundo Teutli que fue sólo por el PAN, de Carlos Cuatle del PRD, de Gustavo Tello Rosas de Movimiento Ciudadano, de José Eliut Solís de Compromiso Por Puebla y de Salvador Castañeda y el PSI quienes obtuvieron tres mil 884 sufragios. Martha tuvo en este lugar, ganado por la candidata a la alcaldía de Morena, cuatro mil votos más que Barbosa, y eso que ganó Morena la alcaldía.

Si Barbosa quiere anular la elección alegando fraude, pues entonces también se deberían de anular los triunfos de Arriaga, Pérez y López Obrador en estos lugares, porque no es posible alegar que sólo existió en el tema de la gubernatura, lo cierto es que, reitero, es el efecto de las candidaturas comunes.

Estos resultados se multiplicaron en todo el estado, donde Martha ganaba en municipios por mil, dos mil votos a Barbosa, lo cual explica la diferencia de cuatro puntos entre ganadora y perdedor.

La operación Dios salve a la reina fue un éxito, aunque dejó destrozado al morenovallismo y múltiples muertos en el campo de batalla. Para el grupo en el poder la pasada elección en Puebla fue un “Vietnam”, ya en otra entrega explicaré por qué.

Muchos podrán debatir que en las dos principales ciudades en el estado el “modelo” fracasó. Sí y no, sí porque era imposible ganar, lo único que se buscó fue perder por el menor número posible para compensar con el interior del estado.

En Puebla capital la derrota hubiera sido estruendosa sin el esquema de candidaturas comunes, López Obrador obtuvo 430 mil 246 votos, Claudia Rivera Vivanco, la alcaldesa electa, 271 mil 531 y Luis Miguel Barbosa 246 mil 559; Martha Erika obtiene 228 mil 908 sufragios y Eduardo Rivera 200 mil 276, la diferencia entre Barbosa y Martha fue de 17 mil 651 sufragios, nada que ponga en riesgo la elección. ¿Por qué una diferencia tan corta? Candidaturas comunes. Sin el PSI y Movimiento Ciudadano, Martha tal vez se hubiera quedado sólo con 200 mil votos, lo mismo o menos que Eduardo, pero el Verde y su candidata Paola Migoya jugaron a favor de la ex secretaria General del PAN, al igual que Gonzalo Juárez y Víctor Gabriel Chedraui. Lalo fue el sacrificado, pero si lo hubieran apoyado estos tres partidos, de todos modos habría perdido ante Claudia Rivera y la diferencia entre Barbosa y Martha hubiera sido mayor y definitiva.

Mientras muchos candidatos a las alcaldías perdieron ante Morena por diferencias de siete mil votos, Martha sólo perdía por dos mil o menos gracias a las candidaturas comunes.

Reitero, municipios ganados por Morena en la alcaldía, Barbosa los pierde en la gubernatura como San Pedro y San Andrés Cholula, Cuautlancingo, Amozoc, Huejotzingo, Ciudad Serdán, Tlachichuca y El Seco, entre otros.

Otro fenómeno a tomar en cuenta: en la mayoría de los municipios donde gana el PRI la alcaldía, también gana Martha Erika y pierde Barbosa, lo cual da una idea también de para quién jugó el tricolor y sus candidatos en la elección.

En estos casos se encuentra Zacatlán, Xicotepec de Juárez, Cuetzalan, Tlahuapan, Chietla, Xiutetelco, Chignautla, Hueytamalco, Tetela de Ocampo, Atempan, Ixtacamaxtitlán; en Nopalucan gana el Verde y gana Martha, así como en Vicente Guerrero, sólo por citar algunos casos.

Señores, fue cuestión de números, de una operación impecable entre amigos y aliados, God save the Queen (Dios salve a la reina), por favor sean serios y revisen cifras.

Para quienes alegan que el fraude está en la variación del nivel de participación en la elección federal 63% y la estatal 67%, pues entonces también hubo fraude en la elección en Morelos, Guanajuato, Jalisco y Ciudad de México, sólo por mencionar algunas de las nueve entidades en donde hubo elecciones concurrentes, porque salvo en Yucatán, en el resto, como ya lo mencioné, el nivel de participación entre una y otra varían mucho.

Por si algo pudiera faltar, todos los candidatos a las diferentes gubernaturas por las coaliciones PAN-PRD y MC tuvieron más votos que Ricardo Anaya, no fue un fenómeno exclusivo de Puebla por aquello de quienes hablan de traición, Anaya no entusiasmó a nadie.

Hubo voto diferenciado en todas las elecciones y de eso ya no queda duda, el 6 de 6 de López Obrador falló en algunos lugares.

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