Las Serpientes 
Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo

La jornada electoral se pudo dividir en Puebla en tres momentos.

Uno, la histórica votación registrada en la entidad, con gran participación por parte de los ciudadanos, quienes literalmente se volcaron en las urnas para dejar en claro, como una y otra vez se insistió, su hartazgo contra priistas y panistas, lo cual encumbró a Andrés Manuel López Obrador como el ganador de la contienda presidencial.

El segundo, los hechos de violencia que marcaron la elección en la entidad que la marcaron como el negrito en el arroz a nivel nacional por todo lo ocurrido durante la jornada que arrojó varios muertos, lo cual a nadie le conviene.

Una tercera instancia es la ligera ventaja (dos puntos) que el resultado del conteo rápido del INE le otorgaba a la candidata de la coalición Por Puebla al Frente, Martha Erika Alonso, quien de acuerdo con el estudio realizado y validado por el Comité Técnico de Asesores del INE habría obtenido 38.9% de las preferencias por 36.8% del candidato de Juntos Haremos Historia, Luis Miguel Barbosa Huerta.

Se trató, sin lugar a dudas, de una de las noches más largas en la historia de Puebla, cuando la histeria colectiva fue lo que reinó durante una buena parte de la elección, aderezada por la garrafal pifia cometida por Noticieros Televisa a nivel nacional, que presentó una encuesta de Consulta Mitofsky en la cual se dio como ganador a Barbosa Huerta por 10 puntos de ventaja sobre Alonso Hidalgo.

Puebla vivió un día de locura, reitero, con la más importante participación ciudadana en la historia de la entidad. Punto a destacar fue la capital, donde se registró una afluencia a las urnas superior a 70%. Hay quienes hablan de 75% o hasta 77%.

A resaltar dentro del reporte de la jornada fue la inminente derrota del candidato de Por Puebla al Frente a la alcaldía, Eduardo Rivera Pérez, quien fue totalmente arrasado por el tsunami lopezobradorista, lo que se advirtió, pero poco fue dimensionado.

Todos sabíamos que se aproximaba una ola de dimensiones desconocidas, pero nadie pudo decir de qué tamaño fue lo que se aproximaba.

La ola lopezobradorista alcanzó para que Morena se llevara la alcaldía de Puebla, el Senado de la República, con la dupla Alejandro Armenta y Nancy de la Sierra imponiéndose a Nadia Navarro y Mario Riestra.

Del mismo modo, Morena se alzó victoriosa en las principales ciudades del estado, algo que se veía venir, además de obtener las diputaciones locales y federales, lo que también habíamos comentado.

Se cumplió finalmente el vaticinio que el propio ex gobernador Rafael Moreno Valle hiciera previo a la jornada electoral: “Sólo me alcanza para hacer un milagro”, y así sucedió.

El resto de la jornada se diseccionará poco a poco. Hay muchas lecturas por hacer, muchas qué analizar y, por supuesto, ir poco a poco construyendo el nuevo mapa político de Puebla donde muchas cosas han cambiado.

La democracia mexicana a nivel de participación dio un salto cuantitativo, superó –y por mucho– lo que algunos habíamos vaticinado, incluso los actores políticos estuvieron a la altura de las circunstancias: José Antonio Meade y Ricardo Anaya demostraron ser realmente dos hombres acordes al siglo XXI, lo cual le da certidumbre al país.

La mayor parte de los medios de comunicación, cerca de las dos de la mañana del lunes, le daban la ventaja a la candidata de Por Puebla al Frente, quien se alzaría con el triunfo de manera ajustada, pero triunfo a final de cuentas. El dique resistió el embate de la ola lopezobradorista.

En la historia de México se cierra un ciclo y se abre otro, los gobiernos neoliberales se acabaron, lo mismo ocurre con el periodo que arrancó en 1988, cuando los gobiernos llegaban al poder completamente deslegitimados.

López Obrador tiene ahora en sus manos la labor de demostrar que verdaderamente es alguien diferente y de que en realidad se puede convertir en uno de los mejores presidentes de México.

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