Las Serpientes
Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo
Algo que Morena en Puebla se niega a reconocer en público, pero que en corto sí lo aceptan, es que la elección hubiera sido totalmente diferente si la coalición Juntos Haremos Historia hubiera llevado como candidato a la gubernatura a Alejandro Armenta Mier o al académico Enrique Cárdenas Sánchez, ex rector de la Udlap.
Ciertamente, con cualquiera de estos dos personajes las cosas hubieran sido diferentes.
Alejandro Armenta Mier obtuvo en la pasada elección del domingo 1 de julio un total de un millón 440 mil votos, cifra histórica para cualquier candidato a algún puesto de elección popular en Puebla, lo que refleja, si bien es cierto, que el oriundo de Acatzingo gozó, como muchos, del efecto López Obrador, también hizo su trabajo.
Armenta goza de buena reputación, es querido por muchos priistas que recuerdan con agrado su paso por la administración estatal y también por las filas del tricolor, instituto político que le dio su primera oportunidad.
El hoy senador electo es un hombre congruente y con una buena imagen, si él hubiera sido el candidato a la gubernatura, tal vez, porque el hubiera no existe y es el verbo de los tontos, quizá las cosas hubieran sido diferentes.
Alejandro le sacó casi 400 mil votos de ventaja al candidato a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa Huerta, y más de 300 mil a la virtual ganadora, Martha Erika Alonso Hidalgo.
Su pasado marinista ha quedado superado, aunque muchos priistas, reitero, le guardan cariño y aprecio al hombre que fue dirigente estatal de este partido y coordinador General de campaña de la ex candidata a la gubernatura Blanca Alcalá.
Este personaje era visto como un peligro para el morenovallismo debido a su trayectoria limpia y sus relaciones con diversos grupos en el estado.
Otro prospecto interesante hubiera sido y, reitero, otra vez hubiera, es el ex rector de la Udlap, Enrique Cárdenas Sánchez, a quien le arrebataron la postulación a través de supuestas encuestas amañadas, las que el partido del “cambio” se reservó y nunca mostró a la opinión pública.
Cárdenas, sin experiencia política, ni cola que le pisen, hubiera sido un candidato al estilo de Claudia Rivera, poco conocido, pero arrastrado por la ola de López Obrador.
En fin, como el hubiera no existe, lo que sí existe es lo que pasó y ahora la gente de López Obrador deberá esperar a que el tabasqueño tome su decisión a través del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
PLEITO ENTRE ABDALA Y BARBOSA
Según cuentan los morenistas, hay un pleito ya cantando entre el que será el nuevo coordinador General del gobierno federal en Puebla, Rodrigo Abdala, y el candidato a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa.
Dicen que esto se debe a que Barbosa no quiere ver ni en pintura a Abdala, a quien acusa de traidor debido a que la estructura que operó en el pasado proceso electoral desapareció, no existió y dejó sin cubrir más de 30% de las casillas en la entidad.
De acuerdo con estas versiones, Francisco Barbosa, el hermano del candidato, y Rodrigo, eran los responsables de la estructura electoral, ya que el candidato a la gubernatura no confiaba en nadie más e incluso llegó a rechazar el apoyo de la estructura de Alejandro Armenta y de los maestros del SNTE que Elba Esther puso a disposición de Luis Miguel.
Lo cierto es que cuando Barbosa pidió ver las actas de la elección, faltaban muchas, precisamente las que estaban bajo la operación política de Rodrigo. Así las cosas.
ESTEFAN, UNA PIEDRA EN EL ZAPATO
Quien al parecer no se conforma con la derrota es el ex dirigente estatal del PRI, Jorge Estefan Chidiac, quien ahora busca deslegitimar el triunfo de Martha Erika Alonso y utiliza como “ariete” a Javier López Zavala, quien a su vez atacó a Enrique Doger Guerrero por haberse reunido con la candidata ganadora de la elección.
