Barbosa quiere todo
Apenas han pasado 10 días de las elecciones que se supone metieron a México en otra sintonía, pero en Puebla parece que regresamos al peor escenario de convulsión social. Y es que el principal artífice del enrarecimiento del clima social, Luis Miguel Barbosa Huerta, prácticamente quiere todo: que se anule la elección, pero al mismo tiempo que lo den como el ganador de la contienda; que se reconozca que hubo un fraude mayúsculo, pero que la autoridad sea la que investigue en qué consistió ese fraude; que la Fepade investigue, pero si desacredita una denuncia suya, entonces, hay que invalidarla como institución. Barbosa quiere todo y no tiene nada. ¿Será?
Armenta y la protesta
El único integrante de Morena que parece que entendió el mensaje enviado desde las más altas esferas para el caso Puebla es el senador electo Alejandro Armenta Mier. Y aunque algunos pudieran acusarlo de bajar la guardia o traicionar la lucha del candidato perdedor Luis Miguel Barbosa Huerta, lo cierto es que el mensaje de Andrés Manuel López Obrador de dar cauce a las instituciones para que solucionen el conflicto poselectoral en la entidad, encontró el mejor resguardo ante tanto desmán y caos neomorenista. ¿Será?
Explicación necesaria
Morena siempre presumió ser un partido diferente a los demás, pero en los hechos terminó siendo igual o peor que el resto de los institutos políticos. Para muestra, sólo basta levantar la tapa de la cloaca en que se convirtió el fideicomiso de apoyo a las víctimas por el sismo del 19 de septiembre, el cual tenía como finalidad solidarizarse con los damnificados y romper la detestable cadena de apoyos condicionados. Resulta que una investigación del INE determinó que dicho fondo también fue a parar a las manos de dirigentes, candidatos y hasta diputados de Morena sin que haya explicación alguna. ¿Será?
La pelea por el PAN
No tardará mucho en que a nivel nacional se inicie una dura confrontación por quién se quedará con los despojos de lo que alguna vez fue el Partido Acción Nacional, que en esta elección obtuvo una estrepitosa derrota con su ex abanderado Ricardo Anaya Cortés, quien no sólo secuestró a su propio partido con el afan de obtener la candidatura presidencial, sino que ahora pretende seguir usufructuando al instituto político como si nada hubiera pasado. Existen grupos al interior del albiazul que no sólo demandan la salida de Anaya sino realizar una profunda reconstrucción que tanto necesita. ¿Será?
