Sin Derecho de Réplica
Por: Alberto Rueda / @AlbertoRuedaE
Todos sabíamos que este proceso electoral iba a ser sumamente complejo, incluso más de lo esperado.
Estaban en juego todas las posiciones de poder, desde el municipio hasta la Presidencia de la República.
La elección del domingo anterior estuvo marcada por actos de violencia e incidencias que resultan preocupantes.
No se puede pasar por alto que por delante de la tranquilidad, se anteponga la ambición de querer estar en el poder.
Al final, el electorado tomó una decisión y fue la de virar hacia la izquierda.
El panismo, perredismos, priismo y sus satélites esperaban sin duda una fuerte tormenta, el día de la elección, se vaticinaba un huracán, pero al final resultó un tsunami en la figura de Morena y Andrés Manuel López Obrador, quien terminó por ganar, además de la presidencia, cinco de nueve gubernaturas con la posibilidad de judicializar la elección de Puebla y sumar una más a la cuenta.
El electorado terminó por apostar por el voto en cascada.
Al final, el margen entre Martha Erika Alonso Hidalgo y Luis Miguel Barbosa Huerta fue muy cerrado y con ello el efecto del sospechosismo ha surgido.
La sociedad necesita que los actores políticos asuman una actitud de madurez, que permitan que por encima de los intereses cupulares, se anteponga la estabilidad social y el respeto por la decisión democrática de quienes acudieron a emitir su voto el pasado domingo.
Que las autoridades electorales actúen con sensatez y objetividad.
Que los partidos y candidatos reconozcan su derrota en caso que el voto no les haya favorecido y que los triunfadores adopten la humildad y el compromiso como valores inmediatos.
No podemos permitir más violencia entorno a un proceso electoral.
Los últimos sucesos vividos tanto en la jornada electoral como en la etapa postelectoral no deberían suceder, eso habla de nuestra poca cultura democrática.
