La Quinta Columna 
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

La brutal embestida de los porros de MORENA en el hotel MM, que tanto le ha costado a Miguel Barbosa mediática y políticamente, tuvo como cómplices a cuatro reporteros —tres locales y un corresponsal—, a quienes Gabriel Biestro y José Juan Espinosa aceitaron con quince mil pesos por cabeza.

Alertados de que en un salón del hotel había una “mapachera” panista, Espinosa llegó primero y empezó a transmitir por Facebook Live con voz de policía chino: voz bajita para que no lo oyeran.

Luego, se desató lo que todos vimos:

Una horda de buenos ciudadanos —salvo Espinosa— terminó con la cara manchada de pandillerismo.

Platos, ceniceros, cubiertos, todo lanzaron sobre los jóvenes panistas —en su mayoría mujeres—, que, al decir de la FEPADE federal, no hacían nada ilegal.

En ese contexto, y para desquitar los quince mil pesos que les habían entregado, el corresponsal y los tres reporteros locales —una chica entre ellos—encendieron sus teléfonos para evidenciar la “mapachera”.

¿Qué encontraron?

Nada.

O sí: documentos electorales que todos los partidos podían tener.

Con la adrenalina a todo lo que daba, los reporteros también se mutaron en porros y arremetieron a gritos sobre sus víctimas.

Poco a poco fueron entendiendo —porros, pandilleros y ex buenos ciudadanos— que ahí no iban a encontrar nada.

Por si hubiera dudas, la esposa de un poderoso lopezobradorista llegó al MM para decirles que mejor se fueran porque en todo el país lo que estaba permeando era la “violencia de MORENA en Puebla”.

Uno por uno hicieron la graciosa huida, pero en el imaginario colectivo quedaban la brutal golpiza al escolta del titular de la FEPADE local, el septuagenario en el suelo y la virulenta acción de un activista pro derechos humanos llamado Misraim Hernández.

Un video mostraba a esas mismas horas a los diputados electos de MORENA encabezando las violentas acciones.

Para entonces, los reporteros y el corresponsal insistían en su discurso.

La televisión nacional, en cambio, mostraba lo que ellos ocultaban.

Son los mismos a los que, en las ruedas de prensa, Barbosa, Biestro y Espinosa les aplauden y les rinden honores.

Karam y MORENA

Como premio por los servicios prestados durante la campaña, Adolfo Karam ya se apresta a convertirse en el secretario de Seguridad Pública del ayuntamiento de Puebla, una vez que Claudia Rivera asuma la presidencia municipal.

Karam ya convocó a la Hermandad —su club de porros uniformados— para operar a sus anchas.

Sólo un problema tiene:

El caso Marín-Cacho acaba de resucitar de entre los muertos y él será uno de los principales ex funcionarios investigados, pues era jefe de la Policía Judicial del estado cuando subordinados suyos —siempre bajo sus órdenes— torturaron a la periodista Lydia Cacho.

¿Cómo quedaría el Gobierno revolucionario de MORENA con un jefe policiaco investigado por tortura y otras lindezas?

Barbosa y sus Aliados

Flaco favor le hacen a Miguel Barbosa sus aliados en los medios.

Antes le prendían incienso, hoy decretan su caída.

Por lo pronto, sin el concurso de la verdadera sociedad poblana, Barbosa pide a gritos que AMLO dé un manotazo en la mesa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que anule la elección.

Y más:

Organiza una marcha con acarreados de todo el estado para demostrar que la sociedad civil está con él.

Sobra decir que los únicos que lo apoyan en su aventura son los Norberto Amaya, Jorge Méndez, Luis Soriano y demás parias de todos los partidos que buscan chamba en MORENA.

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