La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

Dos cosas llamaron la atención durante la sesión instaladora de la Mesa Directiva de LX Legislatura del Congreso del Estado: el español sofisticado de José Juan Espinosa —presidente de la Mesa durante el primer semestre— y los reporteros porristas.

En entrevista previa, alguien le preguntó a Espinosa sobre la operación aprobada por la legislatura saliente en Flor del Bosque.

La respuesta no tuvo pierde.

Y es que Espinosa evidenció sus influencias culturales al recurrir al muy sesudo verbo “catafixiar”.

Catafixia viene del erudito Javier López “Chabelo” y significa “intercambio de un objeto por otro, sin que necesariamente importe el valor de ambos. Ejemplo: te catafixio esta cerveza por un cigarro”.

“Chabelo” le confesó a Adela Micha en una entrevista que esa palabra proviene de un idioma denominado “mautro”: lengua en la que hablan los marcianos.

Ahora sabemos cuáles son las refinadas influencias del diputado Espinosa.

Por otra parte, reporteros y ex jefes de prensa del marinismo estuvieron muy activos este lunes en Twitter y en las galerías del Congreso a favor de la bancada de MORENA y en contra de la bancada del Frente.

Cuando Marcelo García Almaguer y sus diputados ingresaron al Salón de Plenos, los abucheos y los gritos estallaron.

No podía ser de otra manera.

Era la venganza de los oprimidos que celebraban que el morenovallismo por fin era minoría en la Cámara de los Diputados.

Y cada vez que hablaba García Almaguer o algún integrante de su bancada, los nuevos adictos a MORENA se sumaban a las descalificaciones de los porristas con toda la furia contenida.

Lo mismo ocurrió en Twitter, pero ahí fueron los ex jefes de prensa del marinismo los que se burlaron.

Y hubo una frase recurrente: “Quien las hace no las consiente”.

Pura sabiduría popular.

 

 

Los Dineritos de una Hija del Pueblo (de Diputada a Gritona)

Tras mi columna de ayer, la todavía diputada perredista Socorro Quezada se definió como hija del pueblo que huele a barrio.

Cosa curiosa en alguien que se embolsó 6 millones de pesos en la legislatura que está por terminar y 4 millones 500 mil pesos como dirigente del PRD.

En otras palabras: en tres años ganó 10 millones y medio de pesos.

Para ser hija del pueblo no está nada mal.

Y menos para ser una “sobreviviente del morenovallismo”.

La duda mata:

¿Cuánto cobrará en su nuevo trabajo de porrista y revienta sesiones en el Congreso del Estado?

Este lunes se estrenó como tal interrumpiendo a los oradores de Por Puebla al Frente.

A los de MORENA les aplaudía desde las galerías mientras que a los panistas los abucheaba.

Ser gritona también tiene su precio.

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