33 Mujeres 
Por: Bianka Guerrero Aldana

En las historias de amor se muestran momentos de seducción, complicidad, felicidad y por un momento crees que es para siempre y quieres que te pase algo similar.

Gracias al amor romántico.

Para muchas mujeres, pensar en el amor ha sido como la pregunta clave y ¿por qué no ha llegado el príncipe azul? ¿No te ha rescatado?, ¿no has organizado la boda? y ¿aún  no eres parte del grupo de las chicas que se casan de blanco?

Pues muy simple algunas  tomamos malas decisiones y nos enamoramos de  un patán.

Si ese galán seguro de sí mismo que, aprendió a ser  “macho alfa” justificando su absurda falta de compromiso y honestidad.

Ese que conquista a través de palabras bonitas de detalles,  que sabe en qué momento llamar para que sepas,  que todo el día ha esta  pensando en ti.

Y poco a poco vas creyendo en esas propuestas de amor, en esos abrazos y besos falsos que te saben a verdad, a pesar de que  suene a cliché, un seductor se la sabe porque ya hubo muchas iguales a ti que creyeron en él.

Porque no te amabas tú lo suficiente, porque si hubo alguien o alguna que te dijo ¿estás segura?   ¡Fulano  es mujeriego! Pero ya es tarde. Tu cerebro ya es adicto a esa sensación de estar con él.  Te arriesgas con la esperanza de que quizá vivas tu historia de amor. Todos están equivocados menos tú.

Sabe tratar a una mujer, desarrolla el cortejo más hermoso, flores, chocolates y sorpresas que te hacen sentir única.  Pero al paso del tiempo te sale tan caro porque  seductores como él, cuándo ya estás tan enamorada ahora sí, te pasan la factura dinero, favores, préstamos y hasta tus pertenecías pasan hacer de él. Ya no contesta ya no te busca ya no tiene tiempo….

¿Se acabó el amor? No, simplemente salió la verdad. Y cuando lo tratas de confrontar te dice ¡Yo te hice un favor al estar contigo! Y puedes sentir que se te cae el mundo.

Y sí se te cae, pero eres tan fuerte que construyes otro, lloras y maldices, pero te liberas y te encuentras.

No te llamas víctima, agarras tu dolor y lo conviertes en oportunidad, si para demostrarte a ti mujer que en la construcción de empoderamiento lo principal es el amor propio. Nadie da lo que no tiene y tú,  ahora eres dueña absoluta de ti de tus sueños de tu tiempo, de tu cuerpo y ese es el favor que te hicieron.  Él sólo tiene sus mentiras, pero tú, tú te tienes  a ti.

Una mujer que se ama no permite malos tratos.

Una mujer que se ama  así misma no se le acercan patanes.

Una mujer que se ama no acepta mentiras.

Una mujer que lucha por sus sueños nadie la detiene.

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