El próximo coordinador general de política y gobierno contrajo nupcias con la empresaria Dulce María Silva Hernández; la misa se realizó en la capilla de Santo Domingo

Por: Staff 24 Horas Puebla

El presidente electo Andrés Manuel López Obrador, acompañado por el gobernador José Antonio Gali Fayad y su esposa Dinorah López, fungieron como testigos de la boda entre César Yáñez Centeno y Dulce María Silva Hernández, efectuada la tarde-noche del sábado en la ciudad de Puebla.

El Centro de Convenciones “William O. Jenkins”, en pleno Centro Histórico de la capital, vio desfilar al tabasqueño en el enlace matrimonial de quien será coordinador General de Política y Gobierno.

Hasta ese sitio llegó el mandatario estatal, quien –afirman los invitados al evento– estuvo sentado al lado de López Obrador, con quien charló por un largo rato.

Cerca de ambos personajes estaban sentados además el almirante José Luis Vergara Ibarra, mando de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar), considerado próximo titular de la dependencia, y Alfonso Durazo Montaño, futuro secretario de Seguridad Pública del gobierno federal.

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Eran casi las 14:00 horas del sábado. Una fila de vallas colocada en el perímetro de la iglesia de Santo Domingo cercaba el sitio donde tendría lugar la ceremonia religiosa.

Decenas de mirones se aglutinaron sobre la calle 5 de Mayo, unos incluso sacaron las cámaras y celulares para captar el momento, sin saber con certeza qué ocurría.

“¿Quién se va a casar?”, preguntaban. Nadie respondió, pocos sabían.

Se montó un operativo de seguridad digno de una boda real, un enlace de quienes han dicho una y otra vez: “Primero los pobres” como lema durante la campaña.

Uno a uno los invitados arribaron: Alejandro Armenta Mier, Manuel Bartlett Díaz, Rodrigo Abdala Dartigues, José Juan Espinosa Torres y Nancy de la Sierra Arámburo, alfiles de la llamada Cuarta Transformación de López Obrador.

Llegaron, además, la alcaldesa electa Claudia Rivera Vivanco, y el rector de la BUAP, Alfonso Esparza Ortiz, lo mismo que Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente electo.

Después los novios. Primero César Yáñez, luego Dulce María Silva Hernández.

El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, fue el encargado de oficiar la misa en la majestuosa, fastuosa, impresionante (como la boda) capilla del Rosario.

Ahí se dieron el “sí, acepto”; las palmas coronaron el momento.

Mientras, otro operativo de seguridad aguardaba en el Centro de Convenciones “William O. Jenkins”, donde minutos después tendría lugar el enlace civil.

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De los primeros en llegar a la recepción fueron el gobernador interino de Chiapas, Manuel Velasco Coello, y su esposa, la actriz Anahí.

Hizo su aparición poco después el senador Ricardo Monreal Ávila, acompañado de su esposa, que coincidieron con el matrimonio Espinosa-De la Sierra.

Los novios, que habían abordado un turibús al salir de la ceremonia religiosa, con el fin de recorrer las calles del Centro Histórico de Puebla, hicieron lo propio.

Boda fifí fue llamada así en redes sociales, pues el ex coordinador de Comunicación Social de Morena no escatimó en el banquete.

Al ex vocero del hoy presidente electo poco le importó que los morenistas, incluido López Obrador, prediquen la austeridad y  muestra de ello fue el menú ofrecido a sus invitados.

Destacaron, por ejemplo, platillos como langosta, espárragos y camarones en el primer y segundo tiempos. Como plato fuerte hubo filete de res a la bordelesa.

Ya entrada la noche, el glamour político dio paso al baile a ritmo de la cumbia.

“De Iztapalapa para el mundo”, el popular conjunto de Los Ángeles Azules amenizaron el evento y los asistentes gozaron con temas como Ay, amor, Mis sentimientos y el éxito Cómo te voy a olvidar.

La fiesta “volvió” a tierra firme y los comensales pudieron degustar antojitos como pozole, flautas, chilaquiles y tamales.

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