Diario de Viaje
Por: Pablo Íñigo Argüelles / @piaa11

Es domingo y llueve. Huele a café. Visito a Jackson C. Frank, un cantante de la vieja guardia. O mejor dicho, él me visita a mí. Hace su aparición entre libros y un montón de notas apiladas que seguramente terminarán más tarde en el bote de basura; notas por las cuales me lamentaré mañana, porque ahí entre las arrugas de papel van buenos inicios, íncipit, argumentos y diálogos útiles en tiempos de sequía y que echaré en falta otra mañana cuando la hoja en blanco me aceche.

Jackson me visita y tras él vienen casi todas las mujeres del folk a girar el plato de la tornamesa: Jessica Pratt, Bridget St. John y Joan Baez. Pero mi preferida, mi amor secreto, tarda un poco más en hacer aparición. Se escabulle, calla a propósito. Se me esconde.

Llegas tarde, Karen Dalton. Que tu voz traviesa y el blues premeditado se adueñen de este lugar al que sería inútil llamar estudio. Un librero y un escritorio desordenado no hacen tal, pero que tu voz se adueñe de estas cuatro paredes y de todos los nombres con los que este maldito lugar que ellas forman no puede ser llamado.

Llegas tarde, Karen Dalton. Llegaste tarde siempre.

Pícaro no es un adjetivo que yo aplauda, pero es que no encuentro otro más para sustituir el trillado ‘terciopelo’ con el que casi siempre fue comparada tu voz a manos de críticos flojos que no se detuvieron a pensar en el mal que te hacían, en el mal que le hacían al mundo cuando comparaban tu voz con una tela abaratada y vulgar.

Llegas tarde, Karen Dalton.

Veo tu foto con Dylan caminando por el Village. Lástima que Suze Rotolo se interponga entre él y tú con sus manos siempre metidas en la bolsa de su abrigo, con esa forma tan de ella de caminar por las calles del Village, como encogida, como pidiendo perdón, como muerta de frío. Veo que lo miras, a Bob, veo cómo lo miras y muero de celos. Le fascina cómo cantas. Eres su voz preferida, no te apures. Pero también la mía, no te apures tanto.

Llegas tarde, Karen Dalton. Entendimos tarde tus proverbios, entendimos muy tarde el color de tu piel cherokee, entendimos tarde que tu voz vino bajando por el río el día que moriste en las tierras desgraciadas de Woodstock; supimos tarde que tu garganta se había quemado con el propio fuego de tu voz.

Tu vox sacra.

Tu sacred voice.

                  Tengo algo en mente, Karen Dalton: tu textura, tu pelo de historias de viento, acariciando los costados curvos de tu guitarra.Tengo algo en mente: que llegaste tarde Karen Dalton; llegas tarde, y llegarás siempre muy tarde.

Como el íncipit correcto después del punto final, como el reproche después de terminada la pelea; como el título perfecto después del cierre de edición. Como la Epifanía después de haberlo destruido todo; como el Blues que llegó después de terminado el juego.

Llegaste tarde, muy tarde siempre, Karen Dalton.

 

***

 

PS

 

Fecha de nacimiento: 11/12/1991

Libro preferido: El Alquimista, Paulo Coelho

Cita favorita: en el cine con el amor de mi vida

 

 

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