En Clancletas
Por: Lupina Bojalil

Ya sabíamos que la boda de César Yáñez y Dulce María Silva iba a provocar toda clase de comentarios entre las envidiosas de siempre: ésas que no tienen más que para casarse en iglesias de pueblo y auditorios con olor a meados. ¡Pooobres! Lo que me sorprendió fue la reacción de las jodidas en Twitter y en Instagram que se rasgaron las medias de utilería por la publicación del ágape en las páginas de Hola!

¿Pues qué se esperaban las pobres desgraciadas? ¿Una fotito en Mostros de Puebla? O sea…

Las enemigas de la Cuarta Transformation luego luego sacaron sus uñas y llenas de envidia tiraron toda su mala leche, que es mucha. Y es que no entienden cómo en el gobierno que viene se dan tiempo y dinero para bodas tan fifís.

No entienden tampoco que gracias a revistas como Hola! nuestro Mexiquito poco a poco va siendo más conocido en el mundo. Y es que antes no nos bajaban de María Candelaria y de Lorenzo Rafail. En Estocolmo, por ejemplo, creían que todas las mexicanas andábamos con nuestro marranito y que nuestros hombres no salían del huarache y del calzón de manta.

Gracias a Angélica Rivera y a sus hermosas hijas ahora nos comparan con la realeza de Mónaco, but of course. Ya saben que no andamos entre nopales y magueyes, sino entre Casas Blancas y tattooists de primer mundo.

Belinda y Anahí son nuestros referentes. Nunca más la Chorreada o la Tucita. ¡Horror! Nuestros gobernadores serán todos como el Güero Velasco o no serán.

Por cierto: qué mona se vio nuestra Primera Dama Beatriz Gutiérrez Müller haciéndose una selfie con Anahí. Eso es clase y no payadas. ¿Cuánto le tendremos que agradecer a Hola! por sacarnos del tercer mundo?

Volviendo a la boda poblana, sólo faltaron Belinda y Juan Magán cantando Déjate llevar. Matute no estuvo mal, pero ya nos sabemos sus canciones. Y Los Ángeles Azules… Mejor me guardo mi opinión.

Gracias a mis primeros lectores que ya empezaron a comentarme que qué buen gusto haberle puesto a mi columna En Chancletas. Luego luego empezaron a enviarme sus Gucci como prueba de que están de moda. No faltaron también las resentidas que criticaron el modelito que acompaña esta columna. ¡Pooobres! Se ve que de Toluca no salen.

Buenos, amiguis, como dice el francés: cherchez la femme para saber cómo vestirte. Yo mientras tanto me despido de todas. Nos vemos en la próxima, pero En Chancletas.

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