Por: Ilse Contreras
El crimen organizado busca jóvenes vulnerables para integrarlos a sus filas, es decir, con problemas en el entorno familiar, baja autoestima o trastornos de personalidad, entre otros, señaló la psiquiatra del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Puebla, Eugenia Torres Castillo.
En entrevista con 24 Horas Puebla, la especialista indicó que los líderes delincuenciales buscan quiénes hagan el trabajo sucio, generalmente personas con problemas emocionales, carencia afectiva, de familias desintegradas o que sufrieron maltrato en la infancia.
“Hay un grupo de delincuentes que piensa, planea y recluta a otras personas que provienen de familias desintegradas, con negligencia en la crianza, con padres consumidores de sustancias, entre otros”, apuntó.
CRIMEN, ADRENALINA, CEREBRO Y ESTADÍSTICAS
El riesgo de trabajar en actividades ilícitas genera adrenalina y noradrenalina, sustancias que les hacen sentir poder y liderazgo, eso –dijo– provoca que continúen realizando actos violentos, incluso matar, lo que consideró un problema social que va en aumento.
Y es que en los últimos tres años, en Puebla el número de homicidios aumentó 34%, pues de acuerdo con reportes de la Fiscalía General del Estado (FGE), en 2015 se cometieron 493 asesinatos, y hasta agosto de este año van 743.
Aunque el estado está en el lugar 10 a nivel nacional, la ola de crímenes no ha parado. El primer lugar lo ocupa Baja California, le siguen Guanajuato, Guerrero, Estado de México, Chihuahua, Jalisco, Veracruz, Michoacán y Ciudad de México; en todo el país se registraron 18 mil 835 homicidios dolosos.
En el caso de los huachicoleros, Torres Castillo indicó que la situación es similar, ya que están pendientes y alerta, entonces la adrenalina es alta; “por eso es algo que va en ascenso, porque siempre hay gente que va a estar ahí, ya que le genera bienestar”, dijo.
Agregó que los hombres son los que menos buscan ayuda por una cuestión cultural, por no sentirse “débiles”, y optan por las drogas para regresar a ese “bienestar”, situación que pasa con los delitos.
“Trabajé con personas en el Cereso que mataban y esperaba que se arrepintieran, pero desafortunadamente no lo hacen; al contrario, lo disfrutan”, agregó.
