Las Serpientes
Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo
Hace muy bien la gobernadora electa de Puebla, Martha Erika Alonso Hidalgo, en no permanecer estática en lo que el Tribunal Federal del Poder Judicial de la Federación resuelve en torno al caso Puebla.
La panista no puede permanecer inmóvil, pese a que sus detractores quisieran verla inmóvil, escondida o encerrada a la espera de que haya un fallo definitivo y perdiendo valioso tiempo para la entidad.
Sea cual sea el resultado del Tribunal, Martha Erika se ha dado a la tarea de recorrer de nueva cuenta el estado, lo cual puede tener un doble efecto.
Si el Tribunal ratifica su triunfo, como ya lo hizo el ente local, ya no habrá tiempo que perder, porque casi de inmediato arrancará su mandato.
Se espera que a más tardar el 13 de diciembre el Tribunal dé a conocer su fallo en torno a la elección de Puebla, el cual, nadie a ciencia cierta sabe en qué sentido vendrá.
En caso de que se repita la elección, habrá que ver si Martha Erika Alonso y su principal adversario están en posición de poder aparecer de nueva cuenta en las boletas y en caso de ser así, Martha Erika otra vez lleva la ventaja de mantenerse en contacto permanente con los poblanos, a través de los foros de consulta que lleva a cabo por toda la entidad.
Puebla está en una situación política sumamente complicada. En la entidad se vive una disputa en el Poder Legislativo, que amenaza con paralizar cualquier actividad en el estado, por si fuera poco también hay un pleito entre la bancada morenista y el titular del Ejecutivo, quien en uso de sus facultades ha regresado con observaciones algunas leyes aprobadas por la mayoría emanada del bloque Juntos Haremos Historia.
Al mismo tiempo, las nuevas administraciones municipales entraron en funciones, a finales de año, teniendo que hacer frente a un sinnúmero de problemas, con haciendas públicas saqueadas, con poca experiencia administrativa y con un sinfín de problemas que enfrentar, entre ellos el de la inseguridad, la cual, al parecer, nadie puede detener.
Si a esto se le suma el hecho de que aún no existe una definición en torno al ganador de la elección a la gubernatura, el cóctel no puede ser más peligroso para Puebla.
De ahí la necesidad de que la gobernadora electa tenga que trabajar y reunirse con los más diferentes sectores a expensas de que el Tribunal dé a conocer su fallo, ya sea a su favor o en contra.
Los foros de consulta son una buena arma para mantenerse vigente y en contacto con la gente; reitero, las circunstancias políticas de Puebla son por demás complicadas y queda claro que ya se ha perdido mucho tiempo.
Por si fuera poco, la sociedad poblana debido al conflicto poselectoral, ha quedado muy polarizada, lo suficiente como para dividir opiniones en torno a las nuevas autoridades y a la Legislatura local, la cual como lo mencioné en una entrega la semana pasada, ha resultado de mucho ruido y pocas nueces.
Pase lo que pase a nivel del Poder Ejecutivo, los años por venir no van a ser nada fáciles para los poblanos, el gran reto a vencer es el tema de la inseguridad, pero la confrontación también tiende a generar incertidumbre y a su vez esto frena las inversiones.
Los últimos seis años Puebla había gozado de ritmos de crecimiento económicos pocas veces vistos, pero ahora enfrenta una desaceleración que amenaza con convertirse en rezago ante el dinamismo que muestran otras entidades, principalmente del Bajío, las cuales se han vuelto más atractivas a la inversión extranjera.
