Plumas Ibero

Por: Laura Angélica Bárcenas Pozos

 

Para impedir desgracias como la de Monterrey, los adultos debemos dedicar tiempo a nuestros jóvenes.

El 27 y 28 de septiembre se llevó a cabo la XII Jornada de Educación y Valores, organizada por la Red de Educación y Valores (Reduval) y la Universidad Autónoma de Nuevo León. La conferencia magistral estuvo a cargo de Pedro Flores Crespo, quien dictó una interesante disertación sobre la educación, capacidades y justicia social, de la que pretendo hacer un breve resumen en este artículo con la intención de difundir las ideas centrales de esta conferencia.

Flores Crespo inició estableciendo la idea de que la educación puede abatir la injusticia social, señalando que en este encuentro nace la idea de desarrollo humano. Según este académico Amertya Sen, economista y filósofo de origen indio, es el gran crítico del capitalismo de nuestro siglo al señalar que los ingresos que se pueden acumular son un medio y nunca un fin.

Del mismo modo apoya las ideas de Rawls, cuando advierte que la distribución de los bienes materiales puede generar desigualdades en algunos sectores, en ese sentido Sen advierte que hay que tomar en consideración la diversidad humana para dicha distribución dando más a quien más necesita, pero nunca hacer una distribución equitativa, pues eso generaría que los que más tienen acumularían más riqueza.

También Sen señala que la manera como las personas viven la libertad para hacer esto o aquello es lo que les da valor para alcanzar una justicia social. Es decir, muchas personas no pueden decidir con libertad cómo vivir su vida, porque los bienes materiales básicos que se requieren para una vida digna no están a su alcance, generando lo que conocemos como injusticia social. No todas las personas tienen lo mínimo que se requiere para una vida buena. Ahí Sen pone el ejemplo de un mendigo que no puede decidir si se alimenta o no en un momento determinado, es decir, come cuando puede, no cuando quiere y mucho menos lo que quiere, mientras que un hombre libre decide si come o no y también decide qué come.

Del mismo modo, Sen advierte que el índice de desarrollo humano se relaciona con esperanza de vida, ingreso y educación. Es decir, pone el dedo en la llaga cuando señala que el acceso a recursos económicos no es una garantía de desarrollo humano, mientras que sí lo son la esperanza de vida y la educación. Hace énfasis que el ingreso sólo debe dar lo necesario para acceder a la educación y para generar esperanza de vida.

Elección. Muchas personas no pueden decidir cómo vivir su vida. / ARCHIVO

Para Sen, lo que proporciona calidad de vida es la combinación de establecer reglas que operen en la sociedad, junto con una educación que responda a las necesidades sociales. Pone el ejemplo de una sociedad como la de los países árabes, donde hay una riqueza económica alta, pero no hay una educación de calidad y muchos de sus habitantes viven en la pobreza, mientras que en Argentina, no hay tanta riqueza, pero hay una educación bastante aceptable, lo que ha hecho que los habitantes de este país vivan con una buena calidad de vida. En esto último coincide Freire, quien señala que la buena educación ayuda a rebasar las condiciones sociales de las personas, generando mejores niveles en su calidad de vida.

Y a todo esto, ¿cómo está México al respecto? Pues nuestro país se encuentra a la mitad de la tabla en ambos aspectos. No tenemos las mejores condiciones en los ingresos, pues la forma como está repartida de riqueza es poco equilibrada y mientras unos muy ricos se siguen haciendo más ricos, hay muchos pobres que cada vez, son más pobres. En el tema educativo pasa lo mismo, los ricos tienen acceso a una mejor educación, mientras que los pobres tienen una educación paupérrima que no los ayuda a salir del círculo vicioso de la pobreza.

Me parece que el nuevo gobierno debe plantearse una ruta distinta en el tema económico y más en el tema educativo. Considero que debe enfilar sus estrategias para atender las necesidades educativas de los grupos menos favorecidos como, por ejemplo, que los profesores mejor calificados atiendan a los grupos más vulnerables, que el dinero se destine a las escuelas más pobres, que se reestructure el programa de becas para beneficiar a aquellos que las aprovechan mejor.

La intención es desarrollar las capacidades como confianza, seguridad, capacidad de visualizar y capacidad de transformar, para que los alumnos salgan de la escuela para aplicar estas capacidades que les ayudarán a desarrollar elementos para ir construyendo una mejor y más equilibrada sociedad. En pocas palabras, hay que dar más a los que más lo necesitan, para que desarrollen sus capacidades y puedan con ello brindar crecimiento a la sociedad.

Parece ser que Sen tiene razón y poblaciones mejor educadas, con capacidades mejor desarrolladas, generarán cierta estabilidad económica y por lo tanto justicia social que permitirá, a su vez, el crecimiento de las personas, convirtiéndose esto en un círculo virtuoso.

Real. En México es poco equilibrada la repartición de la riqueza. / ESPECIAL

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