Activismo en lugar de discusión
El foro realizado por las fracciones de Juntos Haremos Historia en el Congreso local terminó siendo más un evento para privilegiar el activismo que un análisis de fondo para elaborar una iniciativa que sustituya la Ley bala. Gabriel Biestro Medinilla, presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, demostró nuevamente que la demanda legislativa está muy por arriba de su capacidad para atenderla y en lugar de asumir un papel institucional, sigue investido en su traje de activista morenista, de choque con las instituciones y creer que el mundo gira alrededor de la rancias ideas que los pejezombies defienden. ¿Será?
Una visión muy aldeana
Cristina Tello Rosas es, para la mayoría de los ciudadanos, una absoluta desconocida. Sin embargo, es la presidenta de la Comisión de Salud del Congreso del estado y su visión sobre la política no deja de ser muy aldeana y con olor a jabón Palmolive. La legisladora inició un linchamiento mediático contra la secretaria de Salud, Arely Sánchez Negrete, porque no acudió a una cita al Poder Legislativo, pero lo que no dice es que nunca cumplió con los criterios básicos para citarla formalmente. ¿Será?
De pena ajena
El secretario General de Gobierno, Diódoro Carrasco Altamirano, tuvo que salir para aclararles a los porros diputados locales de Morena, Partido del Trabajo y Encuentro Social que existe algo llamado equilibrio de poderes, de ahí que las observaciones enviadas a los legisladores sobre las reformas aprobadas no son para bloquear ningún trabajo del Congreso local. Resulta de pena ajena, que un funcionario público tenga que salir a recordarles a los morenistas que justo la división y equilibrio de poderes era una de sus principales promesas de campaña. ¿Será?
Odiosas comparaciones
Para nadie es un secreto que el Congreso local se convirtió en un apéndice de Luis Miguel Barbosa Huerta, quien dicta lo que se debe o no hacer a través de sus lacayos José Juan Espinosa Torres y Gabriel Biestro Medinilla. Si el Poder Legislativo es un reflejo de la forma de hacer política de Miguel Barbosa, entonces, en caso de que hubiera ganado la elección, a estas alturas del partido estaríamos padeciendo de revanchismos, gobernar con las vísceras, intentar pisotear a la oposición y hasta imponerse sin ningún pudor contra quien se ponga en frente de él. ¿Será?
