Las Serpientes
Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo
La historia es cíclica y en política es común ver cómo los errores y aciertos del pasado son retomados por la nueva nomenclatura en el poder. El mejor ejemplo es el otrora ex partidazo, nos referimos al Partido Revolucionario Institucional, que vive horas aciagas y todo por la ambición y pésima conducción en los últimos 25 años.
El tricolor es una caricatura del partido todopoderoso que concibió Plutarco Elías Calles, en 1928; un año después, se formalizó el Partido Nacional Revolucionario, que aglutinó a los diferentes sectores y hombres del poder para encausar el barco llamado México.
Después de 10 años, el partido vivió su primera transformación, en 1938 se incluyó a varias centrales obreras del país que hasta entonces estaban oficialmente fuera del partidazo y se cambió el nombre de la institución por el de Partido de la Revolución Mexicana. Para 1946, el tricolor vivió un nuevo cambio y por ende un nuevo nombre: Partido Revolucionario Institucional. Los años bonanza se acrecentaron, al igual que su faceta más autoritaria.
Pero las traiciones y la ambición por el poder llegaron a su límite en el sexenio de Miguel de la Madrid. La disciplina priista terminó en 1987 cuando la denominada “Corriente Democrática”, encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y Andrés Manuel López Obrador pretendía, entre otras cosas, democratizar la elección interna en el PRI y exhibir los yerros de la economía neoliberal implantada en los últimos sexenios.
Sin embargo, su protesta naufragó y abandonaron el partido para participar en los comicios de 1988, impulsando la candidatura de Cárdenas Solórzano, quien perdería en unas elecciones polémicas con el candidato oficial, Carlos Salinas de Gortari. El desgaste de ese proceso electoral orilló al futuro presidente de la República a negociar con la oposición para mantener el control. En ese sexenio se da la primera victoria del Partido Acción Nacional en una gubernatura. En 1989, el panista Ernesto Ruffo Appel vence en las urnas al PRI, Baja California se pintó de azul. El PRI comenzaba a resquebrajarse, por obra y gracia del propio tricolor.
Por aquellos años se acentuó la fractura al interior del PRI, por las decisiones e imposiciones del grupo en el poder. El mejor ejemplo es Ricardo Monreal, quien abandona las filas del priismo en 1998 para irse al PRD y contender, ese mismo año, por la gubernatura de Zacatecas. La historia ya la sabemos, Monreal Ávila ganó las elecciones y ocupó el cargo de gobernador hasta 2004. Después de Monreal, varios priistas siguieron el mismo camino, ganando gubernaturas y presidencias municipales bajo las siglas de otros partidos, luego de que les fuera negado el derecho a poder participar en procesos democráticos.

Hasta aquí el breve repaso histórico. Pero como decíamos al principio, la historia se repite. Ahora, la nueva nomenclatura del poder se encuentra en Morena, el partido del ex priista López Obrador.
Este jueves, el Senado aprobó, por mayoría, la nueva reingeniería política, la figura de los superdelegados, los nuevos virreyes de México comienzan a tomar forma y el reacomodo de funciones de las próximas secretarías de Estado.
Un nuevo orden y reacomodo se avecina, todo bajo la supervisión del tabasqueño, quien en los próximos días tomará, de manera oficial, el poder. Sin embargo, las ambiciones y traiciones de los hombres y mujeres que acompañan a López Obrador en esta cruzada son más grandes. Y no dude que en un par de años o meses comience el golpeteo y las fracturas evidencien el proyecto político de la Cuarta Transformación y se repita la historia y sea Morena quien cave su propia tumba, como ocurrió al priismo.
A Morena sólo le va a poder ganar Morena, es decir, en 2024 la nueva fuerza hegemónica comenzará a vivir su primera prueba de fuego, cuando López Obrador pretenda erigirse para un periodo más en el poder y el resto de los aspirantes, Monreal, Marcelo, Sheimbaum y hasta el ridículo de Gerardo Fernández Noroña o el gobernador Cuauhtémoc Blanco tengan que disciplinarse, ahí comenzarán los desprendimientos.
A nivel de las gubernaturas también se comenzará a vivir el mismo fenómeno, pues los nuevos virreyes o coordinadores generales impuestos por López Obrador en los estados se la tendrán que jugar con otras figuras de su partido y en ese momento también vendrán los desprendimientos y las escisiones de los inconformes, quienes buscarán vías alternas para poder llegar al poder. Todo es cuestión de sentarse a esperar, tiempo al tiempo.
Al PRI sólo lo pudo derrotar el mismo PRI y Morena sólo lo podrá echar del poder, Morena.
ANOTE LAS FECHAS
Hoy lunes 26 los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tendrán su reunión previa para conocer sobre la resolución del caso Puebla, que, de ser aprobado, se enlistará para discutirse y dictaminarse ante el pleno el próximo miércoles 28 de noviembre.
