Los Guisantes de Mendel
Por: Víctor Florencio Ramírez Cabrera / @vicfc7
Entró hace pocos días el nuevo gobierno. De inicio, preocupa que las energías renovables no merecieron mención en el discurso inicial.
Pero hay además un rumor que preocupa en el sector: que se pretendería que CFE deje de subastar la energía que comprará a largo plazo para generar toda por sí mismo ¿Por qué preocupa?
La modificación del marco legal eléctrico de 2013-2014 tenía un reto: si bien debía abrir el sector a la competencia y crear así un mercado, debía asegurar los precios mas bajos y estables de energía al usuario doméstico. La propia competencia permitiría eso, pero había que dar estabilidad, asegurar.
Para lograrlo crearon en el mercado una figura genial: las subastas de energía eléctrica de largo plazo.
Esto es: el comprador (CFE suministro básico, que a su vez nos da el servicio) le compraría la energía a quienes más barato se la ofrecieran, a cambio de garantizar contratos de largo plazo (estabilidad).
¿Cuál fue el resultado?
Primero, que la energía solar creció más de 1,200% en ese periodo (la eólica también creció fuerte) y el segundo: se logró el precio más bajo de energía eléctrica del mundo, junto con Chile. Ahora parece que al nuevo gobierno no le gusta. Bajo la idea de “yo lo puedo hacer” pretenden salir del esquema.
¿Es correcto esto? Vamos por partes.
¿CFE puede hacer por sí misma los proyectos, ejecutarlos y tener la energía generada por sí misma?
Claro que sí.
¿CFE puede contratar a los mejores del mundo y hacerlo a costos competitivos y con la mejor tecnología? Si la ley le permite o los mejores están dispuestos a ganar lo que CFE pagaría (que podría estar muy por debajo de lo que ganaría uno de estos expertos en una empresa privada) si, puede ser.
Pero entonces se pierden dos ventajas que dan las subastas.
Primero, CFE requerirá liquidez o adquirir la deuda necesaria para construir los parques. La primera no la tendrá, la segunda no será barata.
Segundo: CFE cerraría posibilidades, pues las subastas, al ser abiertas, lo que hacen es permitir variedad de opciones, no sólo la decisión burocrática.
A diferencia de antes, cuando la decisión de hacer una obra o de cómo se iba a generar la electricidad dependía sólo de una persona, en esta ocasión, en el mercado, hay ofertas diversas, y se decide entre ellas; a más competencia, más opciones. ¿Cuál es la ventaja?
Lo ilustro así: imagine usted que sólo existiera una marca de fabricantes de celulares. Sólo una. Que esa concentrara a muchos de los especialistas del mundo y sólo con esa marca se pudiera desarrollar.
Seguramente tendría muy buenos equipos, pero la diversificación de marcas y la competencia ha hecho que se desarrollen distintos equipos, con innovaciones distintas cada marca, que posiblemente a otras no les hubiera pasado por la mente.
¿Ejemplos? La marca más famosa de smartphones no fue la primera en desarrollar equipos con carga inalámbrica, ni los adoptó hasta después de que otra marca los habría usado en dos generaciones..
Este tipo de oportunidades es a las que se renuncia con ”el Estado lo puede todo”.
Los Estados más compactos (no débiles, compactos) y que dejan trabajar a la iniciativa privada y la regulan de forma eficiente son los que más han desarrollado sus países, mucho mas que los de gobiernos que todo lo creen poder.
¿Que las subastan comprometen pagos a largo plazo? Es cierto. Sólo así se logran costos bajos, con certeza ¿Que esos costos bajos pueden ser mas bajos en 10 años? Si, cierto, pero también pueden no serlo. El costo hacia abajo no es algo automático en el tiempo, sino algo alentado con la competencia. Sin la primera subasta, no se hubiera llegado a los costos de la segunda y sin la segunda los costos de la tercera. Renunciar al mercado es también renunciar a los mecanismos que bajan el costo de la energía ¿Están dispuestos a eso por hacerlo todo desde el Estado?
Los Telómeros: Tan CFE es capaz, que ha ganado adjudicaciones en las subastas, compitiendo. Pero también es cierto que ha recibido otras ofertas mejores ¿Por qué renunciar a ellas?