La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

Dos propuestas de trabajo llegaron a los oídos de Miguel Barbosa:

La dirección general de la Lotería Nacional y la titularidad de Caminos y Puentes Federales.

Su amigo, el presidente López Obrador, se las hizo llegar a través de un funcionario.

Barbosa no titubeó:

“No acepto”, dijo.

“Me quedó en Puebla a encabezar la resistencia”.

Hay un momento en que Dios abandona a sus hijos.

Barbosa ha empezado a vivir ese abandono.

Sus aliados lo empiezan a dejar solo.

Es el síndrome de la derrota.

Quienes lo acompañarían en la nueva campaña por la gubernatura —con Javier López Zavala como coordinador de la misma— empezaron a buscar contactos con la gobernadora electa Martha Érika Alonso y con su gente de confianza.

El barco se hunde.

Llegaron las fiestas navideñas.

La sociedad está harta de los shows mediáticos de los morenistas.

La polarización fue un mito genial.

La gente quiere fiestas navideñas y un gobierno que saque al estado de la modorra en la que lo han metido los gobiernos municipales de Morena y el Congreso del Estado.

Las dudas matan:

¿De dónde saldrá el dinero de Barbosa para seguir viviendo en el Crowne Plaza del bulevar Hermanos Serdán?

¿Quién pagará las tres habitaciones que renta desde hace un año?

¿Quién pagará las comidas?

¿Los alcaldes de Morena en el estado?

Las dudas matan.

Y hieren.

Y lastiman.

 

 

La frustración es un estado de ánimo

  

El diputado Fernando Manzanilla se preparaba para asumir la gubernatura interina de Puebla.

Ya había recibido una señal en positivo, aunque Miguel Barbosa le había prometido esa posición a Norberto “El Zurdito” Amaya.

El Señor de la Felicidad Absoluta —el Candy Man—, tenía ya al gabinete con el que gobernaría cinco o seis meses.

El viernes 7 de diciembre, tras cancelar una comida con directores de medios y columnistas afines, se dedicó a cruzar información sobre el inminente fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Todo mundo en su entorno era optimista en el sentido de la anulación de los comicios.

Encuestadores a modo le habían dicho que la sociedad poblana esperaba la nulidad con una enorme esperanza.

Sus fuentes en el Poder Judicial confirmaban lo que sus amigos del gobierno federal le decían:

“Vete preparando para la muerte política de Moreno Valle”.

De pronto, una luz roja se encendió en la habitación de la Felicidad.

Una luz roja oprobiosa que traía los peores vaticinios.

El diputado Manzanilla volvió a cruzar la información hasta que le llegó la funesta revelación:

“La tendencia cambió inexplicablemente: cuatro de siete magistrados votarán en contra del proyecto de sentencia del magistrado ponente”.

Pálido, demudado, fuera de sí, el diputado Manzanilla habló con sus fuentes de Gobernación, quienes le confirmaron la especie.

De inmediato empezó a filtrar esa versión con sus aliados al interior del morenovallismo: ésos que ya estaban haciendo las maletas para cambiarse al barco de Morena.

(Los mismos que semanas atrás empezaron sus acercamientos con Manzanilla, Miguel Barbosa, José Juan Espinosa y Gabriel Biestro).

El éxodo se detuvo.

Los traidores cancelaron la fuga.

Pronto empezó a circular la versión en Puebla.

Antes del fallo ya sabíamos el resultado.

El diputado Manzanilla dejó de hacer planes sobre sus primeras acciones —brutales— en contra de Moreno Valle y su grupo compacto.

También canceló su proyecto de modificar algunas áreas de Casa Puebla: ésa que sería su casa durante un semestre.

Los sueños se cayeron en cascada.

La felicidad se retiró de la Casa de la Felicidad.

The Candy Man estaba frustrado.

Al día siguiente, a las 23 horas con 33 minutos, se confirmó la noticia.

Entró en shock.

Subió un tuit muy triste, lleno de nostalgia.

Se retiró a sus habitaciones.

Guardó silencio.

La bilis negra se mezcló con la bilis amarilla.

El martes empezó a dar entrevistas.

Su voz había perdido fuerza.

El optimismo se había ido a vivir a la casa de su enemigo más odiado.

Despotricó en contra de la nueva gobernadora y su cuñado.

Sus planes de conquistar el mundo —como Pinky y Cerebro— tendrán que esperar.

Sí, en efecto, la frustración es un estado de ánimo.

  

  

Fidelita, Emma Yanes y el Fonart

  

La brillante historiadora Emma Yanes Rizo fue nombrada directora del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías, dependiente de la Secretaría de Cultura.

Emma es autora de un libro maravilloso: “Vida y Muerte de Fidelita, la Novia de Acámbaro”: la locomotora de vapor 296 que era llamado así por los obreros de Acámbaro, Guanajuato.

También es autora de “Cuentos de Nadie”: una recopilación de lo mejor de la narrativa oral urbana y rural en la que quien esto escribe participó.

Recuerdo que nuestro libro fue presentado en los años noventa por el poeta Hermann Bellinghausen en la librería El Juglar, en la Ciudad de México.

Emma está casada desde hace muchos años con el escritor y periodista Sergio Mastretta.

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