La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

La gobernadora Martha Érika Alonso caminó hacia el foro del Auditorio de la Reforma y a su paso se encontró con Claudia Rivera Vivanco, presidenta municipal de Puebla proveniente de Morena.

Ambas se vieron por primera vez frente a frente, y sonrieron.

La gobernadora dio unos pasos hacia la primera fila y la saludó de beso.

Luego le agradecería esa presencia en su primer discurso como gobernadora.

Claudia respondió el gesto con una nueva sonrisa.

La ovación que recibió fue elocuente.

Empresarios, gobernadores, panistas, líderes nacionales de los partidos, senadores, diputados y ex gobernadores poblanos vieron la transformación de Martha Érika en el escenario.

Esta mujer, pensaban, se enfrentó al poder presidencial de Lopez Obrador, y salió viva.

Se enfrentó al porrismo de los halcones y palomas de Morena: a sus griterías, a sus malas prácticas, a sus mayorías en el Congreso local y las cámaras de senadores y diputados federales.

Se enfrentó a los Miguelitos y Miguelitas de la prensa local, y a los nuevos voceros de AMLO en la prensa nacional.

Se enfrentó al aparato, pensaban, al Señor Sistema, al poder de los poderes que está más fuerte que nunca.

Y salió viva, pensaban, comentaban.

La carnicería fue atroz.

Todos los días de estos 160 días, Martha Érika Alonso enfrentó las medias verdades de esa otra Mafia del Poder: la que con sus malas prácticas recibió moches y generó estrategias de presión y guerras sucias.

Ella, comentaban, se enfrentó a esos hombres y mujeres que han convertido la vulgaridad y el lugar común en una forma, primitiva,  de hacer política.

Política rupestre de Allá en el Rancho grande, pensaban.

Política barriobajera.

Ésa que nace en el callejón de los madrazos.

Pensaban todo esto, y comentaban en voz voz baja, al tiempo que ella, Martha Érika, la gobernadora, llamaba a la reconciliación y al diálogo entre pares.

Ésos que a la misma hora, pero en la sede del Congreso de los diputados, reducían la política a la calidad de estiercolero.

Ésos que a través de la voz de José Juan Espinosa, líder sempiterno del Congreso, caían en un nuevo ridículo legislativo al anunciar que interpondrían un recurso en contra de la gobernadora en la mismísima Suprema Corte de Justicia.

(Antes, siempre a la sombra de la ridiculez, exigieron —sin eco en el Senado—un juicio político contra el ex gobernador Antonio Gali y la desaparición de los poderes).

Todo eso pasaba mientras esta mujer que derrotó al Señor Sistema sonreía con mesura y enviaba mensajes precisos para mejorar la seguridad de los poblanos.

Ya de regreso, pasó una hora y media ente abrazos y selfies, y felicitaciones, ante la mirada nostálgica del hombre que gobernó el estado cerca de dos años.

Qué guerra, qué batallas, comentaban varios de los asistentes, al tiempo de pasar revista a los 160 días en el infierno que duró este proceso que por fin, uf, terminó a las 23 horas con 33 minutos del sábado 8 de diciembre.

Oh, Tempora.

Oh, mores.

  

   

Pleitos en la Zotehuela de Morena

  

El columnista Fernando Maldonado descubrió a través de su fotógrafo que el diputado federal Fernando Manzanilla, presente en el Congreso, le envió varios mensajes, vía Telegram, a Miguel Barbosa en contra de José Juan Espinosa y su anuncio de acudir a la Suprema Corte: “Este cuate no va a ayudar nada. Tenemos que contenerlo”.

Y más:

“Fue innecesario y se ve mal por no estar en el orden del día (que) el JJ se ponga a dar un discurso. Esos son los temas y actitudes que van a traer los otros para descalificarnos”.

Minutos después de publicada la nota en Parabólica, Manzanilla, furioso, tuiteó que denunciará por espionaje a Maldonado y su portal.

Y hasta citó el artículo que supuestamente estarían violando al hacer públicos los mensajes de Telegram que no fueron sustraídos de manera ilegal, sino en un ejercicio periodístico, polémico, pero en el marco de la ley.

Y es que los hombres públicos no tienen vida privada.

Faltaba más.

Por cierto:

El propio Manzanilla se reunió con algunos diputados locales y federales este viernes y se propuso como mediador entre el Congreso morenista y Martha ÉrikaAlonso en virtud de su buena relación con Luis Banck Serrato, jefe de la Oficina de la gobernadora.

Enterados de esto, otros legisladores reprobaron el protagonismo de Manzanilla y recordaron que seguía actuando como “el cuñado solícito de Moreno Valle”.

Mal le fue al líder de la bancada del PES en San Lázaro, pues las sospechas de que es un infiltrado del morenovallismo en Morena aparecieron de nuevo, y con un particular énfasis.

Por cierto: un rumor circula acerca del suplente de Manzanilla —Eudoxio Morales— en el sentido de que ya se jubiló en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, lo que lo dejaría fuera de la sucesión en la Rectoría, lucha sorda que encabeza con antiguos aliados de Enrique Agüera Ibáñez, mismos que atacan en la sombra al rector Alfonso Esparza.

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