Mario Bracamonte reapareció en la escena política hace unos días, cuando Yeidckol Polevnsky lo situó a su lado durante la asamblea informativa.
Por: Mario Galeana
La ultraderecha en Puebla pudo tener a uno de sus principales operadores en Mario Bracamonte González, pero, contrario a cualquier pronóstico, a los lazos familiares y a la formación que recibió desde pequeño, el abogado se perfila para dirigir al partido que podría considerarse la antítesis: Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Su padre, el empresario y abogado Mario Bracamonte Zardeneta, fue fundador de la Organización Nacional de El Yunque junto con los ya míticos Manuel Díaz Cid, Luis Paredes y Ramón Plata Moreno.
En su niñez, Bracamonte González recibió toda la formación que acostumbraba la élite empresarial y, sobre todo, aquellos que formaban parte de El Yunque: estudió en el Colegio Benavente —una de las escuelas que simulaba retiros espirituales para adiestrar físicamente a los miembros de la organización— y formó parte de un grupo de nombre “Misioneros Laicos de la Educación” (Miles), una de las tantas asociaciones que, en algunos casos, la ultraderecha creó como membrete para adoctrinar a nuevos integrantes.
Miles fue creado por su padre, quien a su vez dirigió en Tlaxcala la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), otro de los tantos organismos que surgieron al amparo de El Yunque, la organización nacida para tratar de instaurar “el reino de Dios en México”, según sus propios principios.
De acuerdo con algunos de sus integrantes, Miles no guardaba intención política; su propósito era dar clases de regularización a niños y a aquellos que fuesen católicos se les preparaba para hacer su primera comunión en la Catedral.
Bracamonte Zardeneta protagonizó varios enfrentamientos que marcaron la expulsión de la ultraderecha de la UAP en la década de los 60, y el surgimiento de la UPAEP como bastión estudiantil de este grupo político.
EL ARRIBO A MORENA
Contrario a su padre, Bracamonte González ha optado por mantener un perfil más bien bajo, pese a que su arribo a las huestes de Morena se remite a 2012.
En ese año, el abogado trató de disputarle la dirigencia estatal del movimiento a María Luisa Albores González, quien recientemente fue designada titular de la Secretaría de Bienestar en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Albores González fue nombrada líder de Morena por el voto de 80 de 127 consejeros, en un proceso que no dejó de ser cuestionado debido a su cercanía con José Agustín Ortiz Pinchetti, el primer coordinador del movimiento en el estado.
A Bracamonte González se le designó presidente de la Comisión de Honestidad y Justicia del partido, y allí se mantuvo hasta 2015.
Las intenciones político-electorales del abogado parecen haber desaparecido desde 2015 hasta este año, cuando intentó, sin éxito, tratar de ser designado candidato a senador.
Durante la votación que realizó el Consejo Estatal de Morena para proponer a la dirección del partido a los posibles abanderados a la Cámara alta, Bracamonte González obtuvo sólo el respaldo de 10 consejeros.
Su poder de convocatoria en el partido quedó relegado frente a Gabriel Biestro Medinilla, que obtuvo 46 votos; Fernando Jara Vargas, que recibió 40; y hasta el maestro disidente Miguel Guerra Castillo, por quien se inclinaron 30 consejeros.
¿EL PRÓXIMO DIRIGENTE DE MORENA?
Los actuales líderes de Morena ven en Bracamonte González a uno de los fundadores de Morena, pero sólo eso: a alguien que, en el pasado, ocupaba una de las más altas jerarquías políticas al interior del partido en Puebla.
Y así se mantenía hasta que, el pasado 16 de diciembre, la presidenta nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, lo situó a su lado durante la asamblea informativa que encabezó el ex candidato Miguel Barbosa Huerta.
Su aparición desató versiones en el sentido de que podría ser designado por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) morenista como su delegado en Puebla y, por tanto, su líder.
Esta es una especie que no comparte, por ejemplo, el secretario General de Morena, Edgar Garmendia de los Santos, quien ha asumido la dirigencia interna del partido por la renuncia de Biestro Medinilla.
“Nosotros desconocemos quién pueda ser el delegado. No podemos especular nombres de quién pueda ser. Nosotros, por lo mientras, seguimos realizando el trabajo del partido, y hemos tenido buena aceptación entre las bases”, declaró en entrevista con 24 Horas Puebla.

—Pero ¿usted conoce a Mario Bracamonte? ¿Sabe cuál ha sido su trabajo hasta ahora?
—Ah, claro que sí: es buen amigo mío. Fue uno de los fundadores del partido. Cuando recibe lo del movimiento por el fraude de López Obrador de 2006, él es uno de los que empieza a fundar el movimiento de resistencia civil; y, desde entonces, ha venido apoyando y trabajando en la conformación del partido. Pero insisto: desconozco si sea considerado por Yeidckol para ser delegado.
