Figuraciones Mías
Por: Neftalí Coria / @neftalicoria
Cuando me dijeron que estaría dedicado a mí este 4o.Encuentro Nacional de Poetas jóvenes, tuve un estremecimiento y me pregunté de inmediato por el tiempo que había pasado y por mis libros que creo no han envejecido tanto como el autor. ¿Por qué un homenaje para mí? Pensé que ojalá no fuera por antigüedad escribiendo versos que nadie lee, porque eso sucede mucho en los pueblos pequeños; ha no haber más, le hacen homenajes a los persistentes. Yo espero que sea porque alguno de mis poemas valió la pena. La escritura para mí ha sido una necesidad de hablar solo, como López Velarde cuando culpaba a una mujer que nunca le dio el “si”.
Muchas gracias por invitarme a este Encuentro al quede la manera que yo pueda, seguiré apoyando para que crezca. Cuando me informaron mis amigos, Daniel Wence y Leonarda Rivera que sería yo el homenajeado, también recordé el primer Encuentro de escritores jóvenes en el que participé, aquel de 1984 en Xalapa organizado por la UNAM y el INBA donde nos llevaron desde la ciudad de México hasta la capital veracruzana, en un autobús al que nos subimos muy alegres, los entonces jóvenes poetas y escritores con los nombres de Silvia Tomasa Rivera, Pedro Ángel Palau, Christopher Domínguez Michael, Javier Baez Zacarías, Luis Humberto Crosthwaite, Victor Toledo, Rolando Rosas Galicia, entre otros muchos que desde Puebla nos comenzamos a conocer y a liar amistades que hoy, muchas duran. Con ese recuerdo me di cuenta que el tiempo había pasado y desde mi primer libro publicado en1982, sí ha pasado el tiempo inclemente y con las demandas que dejar de ser joven significa. Ahora me doy cuenta que no debo confiarme de los rápidos pasos del tiempo, que debo estar alerta y no verlo pasar en vano.
Les agradezco a los jóvenes poetas participantes en elEncuentro, que hayan venido a esta ciudad a traer sus poemas, a entregarle su palabra a la ciudad donde yo he labrado en mis cuadernos, en la que he visto crecer mis hijos y he saludado la vida dura como el roble que es. Gracias por llegar a esta ciudad en la que he vivido muchos años y donde –como en el resto de las ciudades del país– también patean y maltratan a sus poetas, como lo escribió José Emilio Pacheco en un poema–homenaje a César Vallejo hablando dela ciudad de Lima. Les doy la bienvenida porque la poesía debe ser bien recibida y porque sé que aquellos que la escriben, siempre serán los ojos briosos de una ciudad, aunque tarde les sea escuchada la voz y los reconocimientos puedan nunca llegar, eso no importa. Pienso en Ivan Blatny, poeta checo a quien lo único que le importó en la vida, fue la escritura casi secreta de poemas que sin saberlo, los dejó al mundo como limosna (Sorescudixit).
Dijo Borges que nada le ha hecho tanto daño a la literatura, como el éxito de los escritores y sé que eso hoy suena como una verdadera necedad, porque lo políticamente correcto, en todas las actividades de la vida se debe buscar y tener éxito; y hay que venderse, vender y comprar.Hoy que es natural que muchos escriban para alcanzar el éxito y ese monstruo insoportable que es la fama. Hoy se escribe para perseguir becas, premios y otros triunfos que no abonan en nada a la escritura y sí dan dinero. Ante eso, yo no he ganado premios, ni he recibido becas porque no quiero ocupar el tiempo en la incertidumbre de creer que ganaré con mis gallos, en el palenque de la literatura mexicana. Yo prefiero escribir y no competir por coronas de hojalata. Creo en la escritura paciente de la poesía y así la escribo, creo en el gusto de imaginar y narrar mis novelas, en el dolor sagrado de escribir con la sangre de la memoria mis obras de teatro. Y creo fervientemente en que mi vida de lector de literatura, es más importante que ceñirme y obedecer las férreas convocatorias que domestican obras; en consecuencia, en nuestro país, sólo los artistas domesticados, logran el prestigio que les da esta galería de espejos del mundillo pasajero de libros publicados y dinero.
Con esa felicidad que la poesía provoca, les agradezco este homenaje que me han hecho con sus poemas leídos en voz alta. El homenaje me alimenta y no me deja caer en el silencio o en la frustración que muchos han vivido, pero sobre, alientan mi escritura y el amor por lo que el canto humano significa. Con este reconocimiento, también me di cuenta que de verdad yo he vivido para la escritura, que no me dio miedo quedarme sin pensión, sin sueldos, sin posiciones sociales que no me diera la escritura. Quedan lejos para mí aquellos preceptos de la seguridad social, las prestaciones y todo eso que nunca tuve seguro por mi necedad por amar mi oficio y ejercerlo con la honradez que todo oficio merece.
Gracias a Carmen Villoro por su voluntad de celebrar nuestra larga y hermosa amistad entregándome las palabras de nuestra historia.Gracias a Arturo Castrejón, por venir a darme una de las tantas muestras más, que la poesía y la amistad son la mejor pareja, si se cultivan con la verdad que las palabras nos enseñan.
Hoy que estoy en este lado de un homenaje a mi obra, debo sentirme alegre y recibirlo con las manos limpias y el corazón tranquilo, porque me doy cuenta que la poesía sigue siendo una feliz y triste esperanza, y el amor por la imaginación calurosa me ha salvado de esa otra muerte de la esterilidad. Gracias porque el homenaje, me lo hacen los mejores poetas jóvenes de México. Gracias.
