Las Serpientes 
Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo 

Me resulta increíble creer que ingenuamente el magistrado ponente en el caso Puebla, José Luis Vargas Valdez, violara la ley por motu proprio y complicar aún más la resolución por la elección a gobernador.

Hasta un estudiante de derecho sabe que Vargas Valdez violó el debido procedimiento al hacer pública su resolución en torno a la elección de Puebla celebrada el 1 de julio. Aunque hay quienes alegan que hay antecedentes en torno a este tema y sin consecuencias, tal y como ocurrió en el caso Colima, en 2015, aunque en ese caso el magistrado ponente, Manuel González Oropeza, cambió el sentido de su proyecto inicial, que originalmente proponía el triunfo del candidato del PRI a la gubernatura de aquella entidad, José Ignacio Peralta.

Después de consultar a diversos especialistas en el tema, varios coinciden en que el magistrado violó el artículo 131 que indica que: serán causa de responsabilidad para los servidores públicos del Poder Judicial de la Federación, fracción IX: “Emitir opinión pública que implique prejuzgar sobre un asunto de su conocimiento” y eso es precisamente lo que hizo el magistrado Vargas Valdez.

De acuerdo a derecho, José Luis Vargas debería extender una disculpa pública, el Tribunal debería designar a un nuevo ponente y excusarse de participar en la nueva votación que se llegue a dar, ya que violó todos los principios del derecho.

Lo cierto es que, como dijera el clásico, “haiga sido como haiga sido”, a Puebla le esperan momentos muy complicados que pondrán a prueba la capacidad de los habitantes del estado, para adaptarse a la Cuarta Transformación, pero también resistir, no sin antes sufrir los efectos que traerá consigo un posible interinato.

Lo dije la semana pasada: Pobre Puebla, tan lejos de encontrar la paz y tan cerca de vivir años de mucha incertidumbre. El costo de ello, créame y no soy pesimista, será muy, pero muy alto.

ARRANCA LA CUARTA TRANSFORMACIÓN EN PUEBLA

Vaya trabajo que tiene por delante la Cuarta Transformación del presidente Andrés Manuel López Obrador en Puebla.

De entrada, el coordinador general (virrey y mirrey) Rodrigo Abdala Dartigues, no tiene ni la menor idea de dónde empezar, aunque comenzó a levantar el censo correspondiente para determinar a quienes serán objeto de cobertura de los programas sociales de la nueva administración federal. Son muchos los retos por delante.

Lo primero con lo que se ha encontrado el virrey (mirrey) Abdala es que hay al menos 100 mil –sí, 100 mil- beneficiarios de diversos programas sociales, que no existen. Son fantasmas, aunque sí cobraban… ¡y cobraban bien!

Qué razón tiene en este aspecto López Obrador cuando habló de que uno de los peores cánceres que afectan a la sociedad mexicana es el de la corrupción.

Los encargados de operar los programas sociales en Puebla, de la administración peñista, tenían más de 100 mil personas cobrando, pero no existen, están muertos o viven en los Estados Unidos, o bien. los hijos no están en edad de recibir apoyos. O simplemente y sencillamente tampoco existían.

Todo un reto tiene por delante el virrey Abdala en este tema, que, por supuesto, le puede dar muchos reflectores porque no es tema menor el de combatir la enorme corrupción de la pasada administración federal que encabezó Enrique Peña Nieto.

Otro problema con el que se ha encontrado el joven virrey es que el gobierno federal pretende pagar a través de tarjetas manejadas por el banco favorito del lopezobradorismo, Banco Azteca, pero hay comunidades donde el cajero más cercano está a seis horas de camino (sic y recontrasic).

Por si fuera poco, el virrey designado por López Obrador deberá enfrentar, con la administración estatal, durante el tiempo que aún le queda a Antonio Gali y después con el gobernador interino o con la gobernadora, en caso de que se ratifique el triunfo de Martha Erika, el tema de la inseguridad, el más apremiante en el estado.

Mucho camino tiene por delante Abdala Dartigues, quien busca convertirse en el próximo gobernador.

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