La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

Los Miguelitos y las Miguelitas pasaron una muy feliz Navidad.

Estos personajes de la prensa poblana —ligados a Miguel Barbosa, ex candidato de Morena a la gubernatura— recibieron los dones de algunos de sus protectores y amigos.

Vea el hipócrita lector:

En su desayuno de fin de año —efectuado en La Tocinería, de Jesús Manuel Hernández—, José Juan Espinosa, presidente sempiterno de la Mesa Directiva del Congreso, les obsequió una bellísimas tarjetas de regalo de Liverpool.

Los Miguelitos y las Miguelitas recibieron sus tarjetas pensando que contenían bonos generosos.

Se equivocaron.

Cada tarjeta de regalo ascendía a mil pesos por cabeza.

El desencanto no pudo ser mayor.

Y es que al entregarles las tarjetas,  José Juan les dijo que agradecía su apoyo incondicional.

Ya vieron de qué tamaño fue su agradecimiento.

A una Miguelita, por ejemplo, le alcanzó para comprarse unas zapatillas de seiscientos pesos, una cajita de maquillaje de doscientos cincuenta y unas chocolatinas de cien.

El resto lo usó para pagar el estacionamiento.

Otro Miguelito, en cambio, prefirió comprar tres botellas de Magno —de 263 pesos cada una— y doscientos pesos de pistaches para la cena de fin de año.

La ventaja es que ninguno de ellos tuvo que comprar pavo, pues Gabriel Biestro, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, les regaló un pavo relleno de 258 pesotes cada uno.

De esta manera, los Miguelitos y las Miguelitas pasaron unas felices fiestas decembrinas.

Por cierto: a José Juan lo acompañó su esposa: la senadora Nancy de la Sierra.

Ah: y Biestro llamó a uno por uno a su oficina del Congreso para entregarles personalmente sus pavos y sus muy emocionados abrazos.

Quien sí se despachó con un buen regalo fue el propio Gabriel Biestro Medinilla, líder de la bancada morenista en el Congreso.

A él le trajo Santa Claus una camionetota.

Biestro dejó de usar por fin la vieja camioneta de Morena —con todo y sus trece fotomultas.

Quien ahora la maneja es el patético Misra Hernández, mejor conocido como Jack el Destripador, quien de vez en cuando se para a cobrar sus quincenas en las oficinas del Congreso.

Es cuanto, señores presidentes.

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