Mesa Cuadrada
Por: Gabriel Reyes Cardoso / @GabrielReyesCa3

No se preocupe si nadie le explica lo que pasa a los poblanos. La verdad, es difícil entender esta circunstancia política.

Es la primera vez en 40 años que nadie puede o quiere tomar la decisión para nombrar al gobernador interino en un Estado donde tenemos experiencia en interinatos y encargados de ese despacho.  Por el puesto y el nivel, esto es importante y también urgente.

Pero parece  para los diputados de ahora ni es importante ni urgente.

Buscan sin buscar, como dicen los yucatecos. Ni definen perfil, ni establecen plazos.

Es cierto que no es fácil, pero tampoco debemos esperar a que se anoten mil solicitantes para un empleo que solo el voto directo o indirecto puede conceder.

Gobernar requiere oficio político.  Una combinación pertinente de experiencia, capacidad para entender las responsabilidades de Estado y de gobierno; vocación para escuchar, atender y resolver las necesidades y peticiones de los electores y sus familias y también, respaldo de las organizaciones políticas y sobre todo respeto de los líderes de todo tipo.

No es fácil reunir esas condiciones en una sola persona.

Desde 1981, a quien esto escribe, al menos 3 gobernadores, cada uno en su gobierno, confiaron una decisión para el caso de una ausencia imprevista y definitiva.

Algo le deben haber apreciado y mucho, porque los tres  gobernadores coincidieron en el mismo nombre:  MEMO PACHECO PULIDO.

El bloque parlamentario con mayoría de votos en el poder legislativo poblano le ha invitado para proponerlo como Gobernador Interino.

No necesito esperar para reconocer que, en estos tiempos tan revueltos y confusos a propósito o por descuido, Don Guillermo reuniría los requisitos indispensables para gestionar nuevas condiciones de estabilidad, claridad y concordia entre quienes pueden intervenir en los asuntos públicos y a favor de quienes solo miramos.

Don Guillermo conoce y bien, las redes reales del poder en Puebla. 50 años de actor responsable y respetable no deberían ser despreciados ni por la soberbia de expertos ni la desconfianza de los novatos.

No falto al respeto a todos los que han sido propuestos ni a los que solitos se han anotado. Pero en tiempos de total renovación en que vivimos, en circunstancias nunca pensadas, se requiere alguien que sepa abrir las tinieblas en que estamos para jalar a todos los grupos y construir una transición que reconozca y motive a todos encauzando temores y desconfianzas.

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