Por: Diego Diego
El tenista poblano comparte cómo fue tomar la raqueta y pasar de ser “el más malo de todos” a ser considerado uno de los mejores juveniles en latinoamérica en el deporte blanco.
Cuando comenzamos a practicar una actividad y no obtenemos los resultados esperados lo más fácil es renunciar, o intentar hasta conseguirlo; también existe la opción de intentarlo hasta lograr ser el mejor.
En entrevista para 24 Horas Puebla, el tenista poblano Alan Núñez Aguilera comparte sus primeros pasos en las canchas de concreto, el reto que fue dejar a su familia en México para crecer en el deporte, la decisión entre estudiar una licenciatura o una carrera profesional y dos de sus más grandes logros: el US Open Juvenil en 2013 y los Juegos Centroamericanos en 2018.
“El talento sin disciplina no lleva a ningún lado”, es el mensaje que ha formado la carrera de Alan Núñez. Detrás de la medalla de bronce obtenida en Barranquilla el año pasado hay una historia de sacrificio, trabajo, entrenamientos de más de siete horas al día y renunciar a un estilo de vida “normal” por perseguir un sueño.
Antes de tomar una raqueta y hacer un saque, Alan practicó futbol. Sus padres lo inscribieron a la escuela del Club Puebla, en ese entonces Puebla FC, donde su talento y habilidades como delantero le abrieron camino con miras a un futuro profesional.
La calidad, constancia y el trabajo diario que exige el balompié no “entraron” al 100% en la mente de Núñez Aguilera, fue entonces que su madre lo alejó de las canchas en la parte más importante del torneo y lo inscribió a un ejercicio completamente diferente: el tenis.
“Era el más malo de todos. Me tomó dos meses pegarle a una pelota, pasaron meses, semanas en las que era un verdadero desastre. (…) Nunca me gustó, terminé el curso, mi madre me dijo que regresara al futbol pero no fue así, no recuerdo por qué pero no quise regresar”, dice ante la incredulidad del entrevistador.
Un factor determinante en la carrera del joven tenista para continuar fue la frustración que sentía al no poder pegarle a la pelota. Los entrenamientos no daban resultados, por más tiempo que le dedicaba no había un avance; pronto su esfuerzo comenzó a dar resultados.
“El hecho de poder ganar, el hecho de intentar, intentar y darte cuenta que por más que yo quería simplemente no era capaz de poder ejecutar, de jugar bien, al nivel que en ese momento me demandaban, fue el reto a conseguir”.
El camino al éxito
Durante su infancia, Alan Núñez se preparó en el Club Britania Zavaleta. Bajo la dirección del ex tenista mexicano Oscar Ortiz, medallista en los Juegos Panamericanos de 1999, pasó de ser “el peor del estado a ser el peor del país”, cuenta entre risas.
En 2013, el poblano recibió la invitación para participar en el US Open Juvenil, torneo internacional realizado en Estados Unidos, el primer gran éxito en su carrera, sin embargo su estancia, al principio, no fue la mejor.
“Yo iba como uno de los peores, nadie quería entrenar conmigo. Un día antes de que empezara el primer torneo, por cosas de la vida, un entrenador me vio, platicamos. Me preguntó: ‘¿Quién te entrena?’, le dije que Oscar Ortiz, no me creía, y resulta que él había entrenado a Oscar cuando era joven. (…) Me ayudó a entrenar para el torneo, en dos semanas estaba jugando mejor que lo que hice en dos años”, comparte.
Desde ese momento la carrera de Alan dio un giro de 180 grados, el chileno Francisco Barrientos le ofreció ser su entrenador a distancia con un plan de ejercicios para mejorar su técnica en el tenis; la decisión final tuvo una sorpresa.
Su padre, Enrique, habló con él y le propuso continuar su carrera en el estado de Texas, lugar donde radicaba el coach Barrientos. Esa oportunidad fue la más importante para el tenista, hizo sus maletas y en compañía de su mamá se mudaron a la unión americana.
“Mi papá habló con Francisco y le dijo: ‘Hay manera en la que tengas un espacio’, le respondió: ‘Sí, pero compren un vuelo de regreso porque no creo que vaya aguantar el ritmo y estar sin su familia’. El plan inicial era que él me iba a evaluar en semana y media. En febrero de 2010 llegué a Dallas, así comenzó”, recuerda.
Lejos de casa y persiguiendo su sueño, Núñez Aguilera se dedicó de tiempo completo a los entrenamientos. Sus abuelos –maestros retirados– hicieron un plan académico para que no descuidara su formación y se complementara con el deporte.
“Después de unos meses jugué mi primer torneo y lo gané. Después estuve invicto ocho meses en Dallas. Comenzaron a hablar de mí, fueron pasos agigantados. El motivo de todo era que Francisco me entendía totalmente, entendió la idea de cómo podía aprender y de la nada llegaron los logros”, relata.
El crecimiento del poblano lo catapultó a ser considerado uno de los mejores juveniles en Latinoamérica, entre los mejores 100 del continente. Las más de siete horas en las canchas de concreto se reflejaron con un lugar entre los 600 del mundo, apenas con 17 años de edad.
El periodismo y el deporte
Los recuerdos que Alan tiene de su infancia son, en su mayoría, dentro de una redacción. Su padre, Enrique Núñez, director del periódico Intolerancia, fue quien le inculcó el interés por los medios de comunicación.
“Para mí los recuerdos de la infancia son, en vez de ir al circo, al cine, era estar en una redacción. Me la pasaba en las oficinas, iba a recoger periódicos y los leía, siempre estaba metido en los medios, me encanta”, describe.
La primera vez que Alan se puso frente a un teclado lo tomó como un pasatiempo, decidió abrir un blog dedicado al mundo del tenis; tiempo después, Enrique lo ayudó en su redacción e inesperadamente recibió una gran oportunidad: abrir un medio de deportes en México.
“A los 12 años empecé a escribir sobre tenis, abrí un blog, mi papá nunca me decía si estaba mal, mi mamá era la que me decía: ‘Lo que escribes está mal’. Después mi papá me enseñó a escribir y al paso del tiempo recibí un correo de VAVEL invitándome a colaborar con ellos”, afirma.
En 2013, VAVEL –sitio web de deportes– formó una filial en nuestro país, quienes empezaron el proyecto fueron Vicente Escobar –actual director de Pressport–, Antonio Tenorio, Miguel Balderas y Alan; actualmente, Núñez es el director de ese medio.
Fatigado por el estilo de vida y el poco tiempo para hacer cosas de su “edad”, el joven tenista decidió entrar a la universidad en Nueva York -St. John’s– dejando un poco su carrera en el tenis, lo seguía practicando pero no al ritmo que demandaba un profesional.
La cima del deporte blanco
El año pasado, al terminar el semestre de primavera en St. John’s, viajaría como corresponsal de VAVEL en Rusia por el Mundial de futbol. En medio de su cobertura recibió otra oportunidad inesperada, esta vez, de la Federación Mexicana de Tenis.
“Desde febrero nos dieron la noticia de que estamos acreditados para el Mundial, terminando el semestre en la escuela me iba a ir a Rusia. De la nada se enfermó un jugador, se lesionó otro, y estando en Rusia me llama la Federación para los Centroamericanos.
“Regresé de Rusia, entrené en Cancún semana y media, me estaba ‘muriendo’, pero era lo que tenía que hacer para llegar a Colombia. Contratamos a otro entrenador y nos fuimos a Barranquilla”, relata como si lo volviera a vivir.
En su participación, junto a Andrea Villarreal en dobles mixtos, obtuvo la medalla de bronce al imponerse por parciales de 6-3 y 10-3 ante la pareja guatemalteca de Daniela Schippers y Stefan González; los mexicanos nunca habían jugado juntos antes de la competencia.
“Nos conocíamos, nos habíamos visto un par de veces. El partido de la primera ronda fue la primera vez que jugamos juntos. (…) El partido que perdimos por el primer lugar los acabamos de jugar a las 11 y el partido siguiente fue a las 10 de la mañana, estábamos nerviosos pero al final nos llevamos la medalla”, comenta.
Tras haber obtenido el bronce en los Centroamericanos fue reconocido con el Premio Estatal del Deporte 2018. Un premio que para el tenista fue “un homenaje a Salomón Jauli, –ex director del Instituto Poblano del Deporte (Inpode)–, él me ayudó mucho cuando comencé, le tengo mucho cariño y me hubiera encantado que estuviera ahí”, relata.
Ahora, lo que sigue en la vida de Núñez es concluir sus estudios y graduarse en la carrera de Sports Management, centrada en la administración y manejo de equipos deportivos, al mismo tiempo espera ser llamado para los Juegos Panamericanos en Perú y cerrar el año en la Universiada Mundial en Nápoles, Italia.
