Garganta Profunda
Por: Arturo Luna Silva / @ALunaSilva

Sin que se haya reflejado aún en las mediciones oficiales, en comunidades del triángulo rojo, caminos y hasta en la autopista y carretera federal Puebla-Tehuacán, se ha registrado un visible incremento de asaltos y robos como consecuencia de la natural pero perversa diversificación de actividades delictivas de las bandas de huachicoleros que, ante la estrategia federal, sorprendentemente avalada por casi 80% de los mexicanos, de cerrar los ductos de Pemex, se han quedado repentinamente sin su mal habida fuente de ingresos. El huachicol escasea y la economía paralela que se ha creado desde hace más de una década en esa zona tendrá un inevitable coletazo. Capos, halcones y obreros del crimen migran de modalidad.

Autoridades actuales y ex funcionarios de la región nos aseguran que las cabeceras y poblaciones de municipios como Acatzingo, Los Reyes de Juárez, Tecamachalco, Tepeaca, Huixcolotla, Santo Tomás Hueyotlipan, Palmar de Bravo y Quecholac, entre otros, se han tornado muy peligrosas.

“Hay muchos robos a las casas y hasta salir de noche o andar en la carretera federal o la autopista es muy riesgoso”, nos comenta un ex presidente municipal de la región.

Acatzingo es un caso especialmente preocupante, pues las presuntas bandas rivales ya se enfrentan en las calles de la cabecera y a plena luz del día, una semana sí y la otra también.

Nos dicen que el cierre de ductos se dio desde mediados de diciembre y que son muy pocos los que todavía trasladan gasolina.

“Cuando mucho, hay funcionando algunos con gas; eso sí siguen extrayendo”.

Por esta razón, hay días en que en el mayor centro de venta de huachicol, la Central de Abasto de Huixcolotla, el litro cuesta hasta 15 pesos, cuando hubo tiempos de menos de 10.

En este contexto, se ha dado desabasto, aunque poco y por breve tiempo, en algunas gasolineras establecidas de Tecamachalco y Tepeaca, de acuerdo con la presidenta de Gasolineros Unidos de Puebla y Tlaxcala (GUPT), Luz María Jiménez Almazán.

Sin embargo, el fenómeno se atribuye también a lo complicado de la distribución, por la inseguridad de esa región.

Mayor delincuencia en otras modalidades y la caída de la economía paralela por la disminución del huachicol es lo que ya se ve.

Afectación directa a la base social de los delincuentes en esa región de Puebla es un tema también que debe atenderse.

Todo junto se comienza a reflejar peligrosamente.

¿Hay también estrategia para ello?

SORPRENDE APOYO PÚBLICO A AMLO

En el tema de la opinión pública, en el contexto del desabasto de gasolinas en al menos 10 entidades, por extraño que parezca, casi ocho de cada 10 mexicanos respalda la estrategia del gobierno federal lopezobradorista.

En contradicción con el rechazo que se deja ver en las redes sociales, un estudio de la empresa Demotecnia, que se realizó vía telefónica el pasado viernes, muestra que 79% de los consultados otorga su respaldo al Presidente.

Puede argumentarse que esa franja de opinión pertenece a la población que no tiene o no usa un automóvil, pero aun así la cifra es sorprendente.

Ese universo se divide en que 18% cree que con estas medidas, como el cierre de ductos, se “acabará totalmente el robo de combustible”.

Mientras 61% considera que “habrá robo, pero ya no tanto”.

También se muestra un empate 50/50 entre quienes se han visto directamente afectados o conocen a alguien que ha sufrido desabasto.

En la conclusión de este análisis, 80% de los entrevistados considera que “hay que pasar por estas condiciones con tal de acabar con un problema mayor, como lo es el robo de combustible”.

La medición coincide con las que hicieron antes el Gabinete de Comunicación Estratégica y el diario Reforma.

Por lo visto, no siempre los más estridentes son también la mayoría.

Me refiero, por supuesto, a las redes sociales.

 

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