Las Serpientes 
Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo  

Si la presidenta nacional del PRI, Claudia Ruiz Massieu, pusiera más atención en Puebla se daría cuenta de que tras la muerte de sus amigos Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle existe una buena oportunidad para que el tricolor pueda recuperar su presencia e influencia en la entidad.

Pese a la terrible derrota sufrida por el PRI en el pasado proceso electoral, donde se fueron al tercer lugar en las preferencias con su candidato a la presidencia, José Antonio Meade, y con los aspirantes a la gubernatura y al Senado (Doger y Lastiri), las circunstancias cambiaron en el entorno poblano, luego del 24 de diciembre.

El PRI cerró un terrible 2018 con una buena noticia: su triunfo en la alcaldía de Monterrey, que si bien fue circunstancial debido a que Morena no registro candidato y dejó solo al PT con el inútil del Pato Zambrano, a final de cuentas fue un triunfo inesperado para el Revolucionario Institucional después de perder la Presidencia de la República.

El PRI poblano, aunque desmembrado, sólo necesita de una cabeza comprometida con su partido y su reposicionamiento para volverse a articular y ser la principal fuerza opositora a Morena, ahora que el panismo quedó desarticulado tras la muerte de la gobernadora y el senador.

Basta con que Claudia Ruiz ponga orden y envíe un delegado fuerte, como en su momento lo fue Ismael Hernández Deras en 2015, para unificar a todos los grupos que hoy andan dispersos y poner a la trabajar a la dirigencia estatal o –en su caso– renovarla con gente experimentada como la actual regidora Silvia Tanús o el ex diputado federal Víctor Díaz Palacios, cuyos resultados avalan su trabajo a favor del PRI.

A pesar de todos los pesares, el Revolucionario Institucional gobierna en la mayoría de los municipios, para ser exactos en 81, lo cual le da una fuerza, estructura y movilidad muy interesante para una elección donde Andrés Manuel López Obrador ya no estará en la boleta.

Todo parece indicar que la elección a llevarse a cabo en junio será de muy baja participación, lo cual beneficia a quien tenga la mejor estructura y es ahí donde al PRI se le abre una ventana de oportunidad muy interesante, sobre todo si en Morena insisten en impulsar la candidatura de Luis Miguel Barbosa Huerta.

El tricolor nada tendría que hacer en las urnas si el candidato fuera el senador Alejandro Armenta Mier, quien es querido y respetado dentro de las filas del que fuera hasta hace poco su partido político.

Muchos priistas están prestos a irse a las filas de Morena si Armenta es el candidato, pero si no lo es van a luchar con su partido y candidato.

Aquí también el PRI tiene una buena cantidad de cuadros: José Chedraui Budib, Alberto Jiménez Merino, Juan Manuel Vega Rayet, Jorge Estefan Chidiac y hasta el mismo Enrique Doger Guerrero, quien es sin lugar a dudas un perfil por demás interesante.

Doger fue un valioso aliado del morenovallismo y eso todo mundo lo sabe, pero ahora, libre de compromisos, puede ser un buen candidato para enfrentar a Morena, si es que se decida hacer campaña de verdad.

José Chedraui Budib es un gran perfil, Pepe es un empresario muy conocido que sirvió como puente entre el morenovallismo y el peñismo, al ser amigo de ambas corrientes. No es muy conocido, pero su apellido sí y su perfil ciudadano se ajusta a lo que se busca para administrar correctamente a Puebla.

Alberto Jiménez Merino es un personaje de bajo perfil, pero con mucho trabajo de campo; dos veces diputado federal y un experto en temas agropecuarios, ha sido funcionario federal y actualmente forma parte del autodenominado grupo Renovación, que de renovador tiene absolutamente nada.

Sólo es cuestión de que el PRI se decida, y se decida ya, a dejar de ser comparsa dentro de los proceso electorales y recoger las migajas de lo que dejan Morena y PAN o vaya a la disputa del poder en una contienda y pelear de tú a tú.

JIMÉNEZ Y MENESES VUELVE A SER OPCIÓN

Nuevamente el nombre del diputado federal Héctor Jiménez y Meneses entra como posible candidato para la posición de gobernador interino de Puebla.

Jiménez y Meneses es diputado federal por Atlixco emanado de Morena y, sin duda, es una carta fuerte gracias a su prudencia.

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