Mesa Cuadrada
Por: Gabriel Reyes Cardoso / @GabrielReyesCa3

Muchos apostaron su futuro político a la sombra del joven líder.  Si a Él le iba bien, a los demás también.

Otros confiaron que su trabajo y conocimientos, tarde o temprano, serían energía para construir su propio camino.

Algunos jugaron con el tiempo, la comodidad y la esperanza de que duraría para siempre.

Pero el último 24 de diciembre abrió un enorme portafolio de enseñanzas que demuestra que en política nada es para largo plazo.

Todo líder trabaja para sí mismo.

Por eso califican mejor  la eficiencia por encima de la corresponsabilidad pues es cierto que el poder no se comparte.

Ahora que el joven líder no está, todos tendrán que replantear proyectos y reconstruir amistades que siempre, en las prisas del ejercicio político se van dejando de lado.

Un nuevo grupo gobernará Puebla y esto  modifica desde ahora,  conductas políticas y vulnera capacidades. Puede también ignorar experiencia y talento o privilegiar soberbias y vanidades.

La coyuntura política es difícil pero sobre todo riesgosa. Enfrentarla con independencia lo es más.

Cuando tu partido político te abandona, te responsabiliza de errores que no son tuyos y  te desprecia, nada hay que te obligue a seguirlo.  Si además ataca tu grupo de origen y no le importa tu futuro, lo mejor es abandonarlo, como te abandonaron.

Hace muchos años los partidos eran todo. Los más viejos traicionaron  su ideología y archivaron sus programas, por eso ahora, no son algo.

Por eso los políticos ya no militan para siempre.  De la migración nadie se espanta.  Es lo de hoy.

Pero las convicciones de servir se construyen en el cerebro y se ejecutan con honestidad y firmeza y eso no depende del partido, son de la persona.

Marcelo García Almaguer construyó con profesionalismo, discreción y eficiencia las condiciones que permitieron al joven líder y al PAN poblano 4 campañas electorales exitosas. Nadie en el PAN debería dudar o menospreciar su personal talento y lealtad a su partido.

Cierto es que no fue de los sagrados custodios del viejo PAN y cierto es también, que muchos de los ortodoxos dudan en su valor. Habría que preguntar si el beneficio de la antigüedad está por encima de los resultados, porque  Marcelo, nuevo panista, más nuevo que los neopanistas, contribuyó a dar al PAN poblano el mayor de los éxitos, que  nunca, en más de 70 años, pudieron lograr los más antiguos.

Los panistas se deben a ellos mismos un examen de conciencia. Deben contestarse si les es más conveniente recuperar su vieja y anquilosada organización despreciando las nuevas ideas y las nuevas inteligencias cuyo único pecado ha sido intentar eliminar la esclerosis y parálisis que mantuvieron antes de los morenovallistas y que en el futuro inmediato les condenan a regresar a perder las elecciones.

Deben recordar también que la pureza ideológica ya no es virtud  de la eficiencia política.

Por ello la decisión del diputado García Almaguer de renunciar a su partido y mantenerse independiente, es claro ejemplo de la firmeza de sus valores. Con ella,Marcelo nos recuerda que la libertad es la razón y dignidad del ser humano y  nos comparte una lección que lo honra y honra a la política que requiere en estos días, innovación y congruencia.