Economía, Política y Otros Pecadillos
Por: Michel Chaín Carrillo /@MichelChain

Economía

Estamos entrando a la segunda mitad de febrero y, más allá de las cursilerías propias de San Valentín (sí, soy Grinch de tiempo completo), cada vez hay más inquietud respecto a cómo pinta la economía para el 2019.  Si bien es cierto que ya desde el año pasado los analistas habían estimado que el país únicamente iba a crecer por ahí del 1.8%, una vez entrado el año las cosas no parecen mejorar. 

La Inversión Bruta Fija, medida por el Inegi, registró una diminución real del 3.1% en noviembre de 2018 respecto a octubre, donde los sectores que más se redujeron fueron el de la construcción (-1.8%) y la adquisición de maquinaria y equipo (-3.8%).  Por otro lado, y también de acuerdo con el Inegi, la producción industrial del país en diciembre se redujo 0.4% respecto a noviembre, con lo que ligó el tercer mes consecutivo en el que disminuye; asimismo, el comportamiento del sector industrial en diciembre de 2018 es 2.5% menor al de diciembre de 2017.

¿Qué significa esto? Pues simplemente que la industria mexicana está creciendo menos de lo que lo había venido haciendo y las empresas están dejando de confiar y, por lo mismo, invierten menos en el país. 

Lo anterior es grave, porque sin crecimiento e inversión es más complicado generar los empleos que requieren las familias.  Si alguien cree que esto no es importante porque el gobierno nos va a venir a rescatar, por favor tomen en cuenta que si las empresas no crecen, pagan menos impuestos y hay menos dinero para becas y apoyos. 


¡Sopas!

Política

Una de las labores de cualquier gobierno debe ser generar condiciones para el crecimiento económico.  Sin embargo, el crecimiento no se da por arte de magia; por el contrario, necesita que haya prerrequisitos como seguridad, estabilidad y libertades, por citar algunos. 

Igualmente importante es que haya confianza tanto en el Gobierno como entre los privados (empresarios, comerciantes, trabajadores y consumidores).  Lograr esa confianza requiere que todos contemos con información suficiente, accesible, abierta, comparable y aceptada por la mayoría; cuando no existe este tipo de información, en lugar de tener mayor crecimiento entramos a una “torre de Babel” donde cada quien tiene su percepción de la realidad, hay desconfianza, el intercambios se entorpece, se encarece el comercio, no hay manera de tomar decisiones informadas y los obstáculos que se generan terminan con la confianza entre los ciudadanos, en el gobierno y en la economía.

Tan solo hay que recordar cómo, en los peores momentos de la crisis argentina, uno de los factores que impedía tomar decisiones correctas era la poca credibilidad de los datos del gobierno pampero.  Decir que la falta de información de calidad afecta el crecimiento y el bienestar de las familias no es sólo un argumento teórico, es la historia reciente que como latinoamericanos hemos visto y vivido.

En el caso de México contamos con una de las instituciones más sólidas en el mundo para la generación y difusión de información para la adecuada toma de decisiones: el Inegi.  Sin embargo, el presupuesto que se asignó para el ejercicio 2019 (en el que tiene que preparar tanto los Censos Económicos 2019 como el Censo de Población y Vivienda 2020) es 5 mil millones de pesos menor a lo que había solicitado el Instituto, lo que obligó a la cancelación de una decena de estudios incluido el Censo Agropecuario.

Ojalá la política fiscal de López Obrador valore la importancia de contar con buena información, tanto para que los gobiernos tomen decisiones acertadas como para que todos los demás tengamos elementos para hacer lo mismo en favor de México.  Si al rato resulta que cada quien tiene sus datos y no tenemos una base para ponernos de acuerdo, nos va a salir más caro el caldo que las albóndigas.

Otros pecadillos

Esta semana el sector empresarial de Puebla estuvo de fiesta.  Por un lado, el reciente cumpleaños de Carlos Montiel, Presidente del CCE, a quien felicito con afecto. Por el otro, el capítulo Puebla de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC) tuvo la renovación de su Consejo, con lo que termina la gestión Ignacio Alarcón y comienza la de Olga Méndez; ¡mi reconocimiento a Taico por el excelente trabajo realizado y mis mejores deseos para Olga!