Sin Derecho de Réplica
Por: Alberto Rueda / @AlbertoRuedaE

El poder rompe con la unidad y las alianzas de los grupos políticos.

Por ello, la lucha por Casa Puebla está sacando la verdadera esencia de los partidos: deslealtades, hipocresía, falsedad, avaricia y mezquindad.

Digamos que el actual proceso extraordinario es una clase de purga política.

En Morena, de inicio no existe una dirigencia estatal firme.

Todas las decisiones se toman desde la oficina de Yeidckol Polevnsky, siempre con el visto bueno del presidente López Obrador.

Desde la noche del 24 de diciembre, el Presidente había tomado la decisión de que Luis Miguel Barbosa repitiera como abanderado para recuperar lo que, según el tabasqueño, le robaron al ex perredista.

Fiel a su estilo de imponer su voluntad por encima de la razón, López Obrador ha ordenado a Polevnsky que resuelva la designación de Barbosa a como dé lugar.

Sin embargo, no contaban con que Alejandro Armenta terminaría por salirse del redil y lucharía por obtener la candidatura de Morena.

Ahora hay una lucha sin cuartel en la que Armenta Mier podría ser nuevamente víctima de una imposición.

Salió del PRI por los mismos motivos a los que seguramente se va a enfrentar en el partido de la Cuarta Transformación.

Fuentes muy cercanas a Barbosa y a la propia dirigencia nacional me han revelado que preparan una campaña negra contra el aún Senador de la República, con lo cual buscan que decline a favor de Barbosa Huerta.

Ello mancharía profundamente la credibilidad del partido que, a pesar de todo, navega sin sobresaltos al amparo de la positiva aceptación de quien despacha en Palacio Nacional.

En el PAN las cosas no se ven diferentes.

A cerca de 50 días de la muerte de Moreno Valle y Alonso Hidalgo, el panismo no ha logrado ni logrará recomponerse.

Su dirigencia comete errores de liderazgo básicos que no le permiten retener la confianza de la militancia.

Genoveva Huerta ha terminado por hundir al panismo que alguna vez gobernó la entidad entregándole todo el poder a El Yunque, que nunca logró ganar una elección de peso en Puebla.

Los perfiles que ha puesto en la mesa de la dirigencia nacional para abanderar la candidatura de cara al 2 de junio dan muestra de ello: Luis Paredes, Paco Fraile y Humberto Aguilar.

Nombres que por sí mismos revelan que el panismo poblano está muy lejos de volver a ser gobierno.

Y finalmente el PRI. Si lograran pensar de manera inteligente podrían ser los más beneficiados, aunque no les alcanzaría para ganar la gubernatura, sí para ser altamente competitivos.

De las cinco cartas que presenta el partido, Javier López Zavala y Ricardo Urzúa no tienen la mínima posibilidad; a Enrique Doger no lo van a dejar pasar, pues no hay un solo liderazgo que no lo tache como traidor, por lo que la verdadera batalla sólo se dará entre Alberto Jiménez Merino y Lorenzo Rivera.

El tiempo de este proceso es breve y los partidos estarán comenzando la carrera muy fragmentados.