De corte conservador, pocas veces logró aportar más de cinco mil sufragios a la coalición en turno; su última alianza fue con Morena y el PT en el proceso del año pasado.

Por: Osvaldo Valencia

En las contiendas electorales en Puebla, la poca competitividad en las urnas ha sido el estilo del Partido Encuentro Social (PES).

Desde su primera participación como nueva fuerza política en la elección federal de 2015 hasta los recientes comicios por la gubernatura y diputaciones poblanas, los bajos números que pocas veces rebasaron los cinco mil votos lo caracterizaron.

La aportación que le daba el partido de ultraderecha a sus aliados Morena y Partido del Trabajo (PT) sólo se vio reflejada como un espacio de cobijo para perfiles rechazados por las bases morenistas para las candidaturas de 2018.

En el caso de la gubernatura, la contribución del PES fue de las menores registradas, de acuerdo con datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) —el Instituto Electoral del Estado no cuenta con el desglose de votación que cada partido obtuvo en dicha elección— de los 861 mil 501 sufragios que había registrado el PREP en favor de Luis Miguel Barbosa Huerta, apenas 37 mil 943 provenían de Encuentro Social.

En la contienda por las diputaciones locales también se reflejó el poco trabajo del partido conservador, pues del millón 188 mil 556 sufragios que obtuvo Juntos Haremos Historia, el PES sólo aportó 52 mil 182, mientras que el PT sumó 115 mil 937 votos y Morena un millón 20 mil 427.

Pese a su baja votación, Encuentro Social logró colocar cuatro diputados bajo sus siglas. Por ejemplo, en el distrito 8 con cabecera en Huejotzingo, el partido postuló a Vianey García Romero, consejera estatal de Morena, donde ganaron la elección con dos mil 231 votos del PES, cinco mil 252 del PT y 42 mil 924 de Morena.

En los distritos de la capital del estado 10 y 17 las morenistas Nora Merino Escamilla y Mónica Lara Chávez fueron por las siglas del PES, mismas que sólo les aportaron dos mil 874 y dos mil 823 sufragios, respectivamente, mientras el partido lopezobradorista les dio 52 mil 828 y 58 mil 252, de manera respectiva.

El caso se repite con Miguel Trujillo de Ita en el distrito 12 de Amozoc, quien sumó tres mil 117 votos por Encuentro Social y 45 mil 884 por Regeneración Nacional.

UN HISTORIAL DE BAJA VOTACIÓN

Desde su primera aparición en una boleta los números de votación del Partido Encuentro Social en la entidad sólo han ido a la baja.

Para la elección de diputaciones federales en 2015 tuvo votaciones menores a los mil sufragios en los distritos 14 y 16, y apenas mayores a los mil en los distritos 1, 2, 3, 4, 8 y 15.

En las demarcaciones donde logró votaciones mayores a los cinco mil votos fue en los distritos 9 y 10 de la capital poblana, mientras que la mayor competitividad en los 11 y 12 de Puebla donde obtuvo seis mil 877 y siete mil 216, en cada uno. En ninguna de las elecciones logró una diputación.

Esta situación se repetiría en la elección de 2016 por la minigubernatura del estado, de duración de dos años.

El PES se sumaría a la coalición formada por el Partido Revolucionario Institucional y el Verde Ecologista de México, los cuales postularon a la entonces senadora Blanca Alcalá Ruiz. Mientras que enfrente tenían al alcalde con licencia, José Antonio Gali Fayad y la alianza de los partidos Acción Nacional, del Trabajo, Pacto Social de Integración, Nueva Alianza y Compromiso Por Puebla.

El día de la elección el partido de derecha apenas aportaría 11 mil 624 sufragios para la coalición encabezada por la priista, sellando la derrota de Alcalá Ruiz y obteniendo una votación menor, incluso, a la de la candidata independiente Ana Teresa Aranda Orozco.

Por dicha votación tan baja el Instituto Electoral del Estado determinó que el partido conservador perdería el registro en el estado, pues no alcanzó 3% de la votación; sin embargo, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación revocó la decisión al apuntar que la elección de 2016 fue un proceso atípico derivado de que sólo duraría dos años la gubernatura, sobreviviendo para ir a la contienda donde todo estaría en juego y donde perderían en definitiva el registro local y nacional.

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