Un paro respiratorio, resultado de complicaciones por una oclusión intestinal, acabó con la vida del guardameta insignia del Puebla FC y la Selección Mexicana.
Por: Humberto Pérez Rodríguez
Un paro respiratorio le quitó la vida.
Complicaciones derivadas de una intervención quirúrgica por una obstrucción intestinal terminaron con la existencia de Pablo Larios Iwasaki, el Arquero de la Selva, referente del Puebla de La Franja en la temporada 1989-1990, gloriosa para el club que levantó en aquella ocasión tres títulos: Liga, Copa y Campeón de Campeones.
Ayer, el de Zacatepec, Morelos, no pudo atajar el último disparo al arco. La muerte lo venció en el duelo más aguerrido.
Fue en el Hospital General del Norte donde el guardameta insignia de los camoteros libró su última batalla, de la cual el marcador no le favoreció.
A decir de sus familiares, la noche del martes, Larios Iwasaki manifestó sentir dolor en el abdomen por lo que fue trasladado a una clínica.
Por la gravedad de su estado de salud se determinó ingresarlo en el nosocomio, donde un grupo de especialistas diagnosticó una posible oclusión intestinal, por lo que fue intervenido.
Desde entonces, permaneció en el área de terapia intensiva hasta su muerte.
El autor de En Línea Deportiva y colaborador de 24 Horas Puebla, Pepe Hanan, confirmó en su cuenta de Twitter el deceso de quien defendiera los colores de clubes como Toros Neza, Cruz Azul y Club Atlético Zacatepec, su ciudad natal.
“Finalmente un nuevo paro respiratorio se llevó a la leyenda mexicana”, fue el mensaje en la red social de los 280 caracteres.
Al hospital llegaron algunos de sus ex compañeros en La Franja, como Roberto Ruiz Esparza y Héctor Tito Rosete, así como Enrique Meza, técnico del Club Puebla y quien fuera su entrenador como portero.
Su cuerpo fue velado en la funeraria Camino al cielo, ubicada sobre el bulevar Forjadores.
Se prevé que en Zacatepec, donde reposarán sus restos, haya un homenaje en el estadio “Agustín Coruco Díaz”, casa de los Cañeros.

FUI SU OBRA MAESTRA: JORGE CAMPOS
La noticia sobre su muerte encendió las redes sociales y su nombre se convirtió en una de las tendencias en Twitter.
Uno de los primeros en recordar al Arquero de la Selva fue Jorge Campos, quien militó en Pumas de la UNAM, Atlante, Cruz Azul, Tigres y Puebla, y titular con la Selección Mexicana.
El oriundo de Acapulco usó su cuenta oficial
para expresar su agradecimiento con el guardameta morelense por lo enseñado
bajo los
tres palos.
“Se fue el mejor de todos los tiempos, aunque le pese a muchos, sobre todo a los que no conocen el arco. Siempre le estaré agradecido por lo que me enseñó. Gracias a él la gente se acuerda mucho de mí. Creo que fui su obra maestra por todo lo que me entrenó. Gracias ídolo”, fueron sus palabras.

Carlos Poblete y Carlos Hermosillo, ex compañeros en el Puebla y Cruz Azul, de manera respectiva, también lo recordaron.
Ambos ex jugadores coincidieron vía telefónica en el programa Futbol Picante de ESPN, donde resaltaron las cualidades del guardameta.
“Siempre fue una persona muy alegre, muy dispuesta al trabajo, y respetando a todos los porteros de la época que nos tocó jugar; para mí fue el mejor, un portero que se salía del molde”, declaró Poblete.
“A mí, personalmente me duele muchísimo la manera en que se fue. (Fue) el primer arquero que se atrevió a acortar centros. Me ha dolido muchísimo lo que ha pasado con su vida”, dijo Hermosillo.
VIDA LLENA DE CLAROSCUROS
Fuera de las canchas, Pablo Larios libró otra batalla de la cual salió adelante. Su incursión en las drogas, en especial la cocaína, marcaron su vida.
Hace unos años, el elemento que defendió la cabaña de la Selección Nacional durante el Mundial México 1986 concedió una entrevista para la cadena Univisión en la que admitió los problemas de salud que trajo consigo este psicoactivo.

“Yo tuve una caída en las drogas, ahí fue cuando me cayó el virus. Cuando me retiré me pasó todo esto y es muy fuerte, me metí droga, cocaína, y a raíz de eso me cayó esta infección (...) es la primera vez que lo digo, no lo he platicado con nadie, hubo mucha especulación”, aceptó en la conversación.
Larios reconoció tener daños en la cara como un orificio en el paladar y el tabique nasal destruido, así como un hueco en el pómulo.
“Sí me arrepiento de haberlo hecho, definitivamente, por muy deprimido o problemas que llegues a tener esa no es la solución, sólo te acarrea más problemas”, confesó.
Además de esta lucha, el Arquero de la Selva afrontó una más: la pérdida de uno de sus vástagos en septiembre de 2008.
Pablo Larios Garza, entonces de 19 años de edad, murió cuando intentó cruzar la frontera con Estados Unidos para ver a su novia, con quien se reuniría en Texas, y asistir al concierto del español Enrique Iglesias.
El 6 de septiembre de ese año, las autoridades de la unión americana encontraron el cadáver de su hijo entre matorrales en Granjeno, Texas.





