La Mirada Crítica
Por: Román Sánchez Zamora / @RomansanchezZ 

-Eres la niña más inteligente, sin duda serás una gran profesionista-

María, entonces se quedó asombrada y se retiró a su lugar.

-Tu si eres un caso perdido, no creo que tus papás se merezcan un hijo como tú, si a mí me da vergüenza que digan que vas en mi grupo… imagina tu familia- dijo la maestra con voz seca y el cambio de su rostro se tornó duro contra Alejandro.

Al niño le dio vergüenza, el día anterior había sido su cumpleaños y sólo su abuelita lo paso a ver para regalarle una caja con chocolates y unos calcetines. Sus papás trabajaban y él tenía que cuidar a su hermano menor, largas eran las horas en espera a que ellos llegaran o ver a lo lejos a su abuelita llegar con algo de comida o pan de dulce que tanto les gustaba, pero que no podían salir a comprar debido al barrio en el que vivían.

Alejandro, nunca supo del porque ese rechazo de su maestra…

-Cuidado con Alejandro, ese niño sus papás nunca asisten a junta, son abogados los dos y cuando llegan solo alborotan a los padres de familia, una vez protestaron por el cambio de uniforme y casi cambian al director- le dijo una compañera de trabajo a Maribel, la nueva maestra de la escuela.

Pasados los años supo Maribel, que el director de la escuela, pedía una comisión por hacer los uniformes en un solo lugar, además el sistema de cafeterías que antes se llamaban cooperativas se había centralizado y que al él también le tocaba una parte de las ganancias.

Dos veces alegaron muy fuerte porque las cooperaciones para el mantenimiento y para hacer una cisterna se lo habían robado la tesorera, la cual no sabían porque seguía siendo la cuidadora los recursos de la escuela si sus hijos ya habían salido desde hacía algunos años.

Por todo se pagaba cuota, tanto los padres de familia como los propios proveedores de este mismo colegio tenían que llegar con el director, el cual su cuñado era el inspector de la zona, y a él le tocaba también una parte de la ganancia.

-No todo es para mí, hay que quedar bien con el jefe, en su cumpleaños le toco una camioneta con lo que se juntó entre todos los inspectores y los del sindicato- dijo su cuñado mientras bebía un trago de coñac en una copa de cristal cortado, él decía que era de Alemania y el juego se lo había dado el mismo Ministro de Formación el día de su cumpleaños, nunca dijo que después de dos horas de espera, la secretaria de ministro le dio el obsequio de mala gana, pues le había llamado la atención por no despedirlo inmediatamente pues tenía cosas más importantes que hacer.

Las estructuras sociales, tiene una personalidad, se mueven de acuerdo a su propia subsistencia, se defienden entre sí, se muestran cerradas pues nadie de otros clanes o gremios podrían entrar al negocio que por muchos años hasta familiar se hace (Ackerman, 2015).

Las sociedades entonces, velan por su propia verdad y esta se vuelve una máxima de los propios que los principados desarrollan dentro de los gremios, el cual goza de una estructura piramidal donde la recomendación vale más que los méritos (Maquiavelo, 2018, El príncipe Weber, 2015, El político y el científico), o las capacidades, por lo cual Michel Foucault, hablaba de esas verdades relativas en el tiempo y el espacio, “no todo era verdad ni mentira, solo era también del cristal con que se mira” según lo escribiera Ramón de Campo Amor.

¿Entonces como se ha construido la sociedad, el sistema de valores tiene como código el interés particular en lugar del interés general? ¿Vale más la autoprotección? ¿Y el sentido de nación? ¿Y la noción de ser parte de una sociedad?

¿Cómo salir entonces de las palabras fatídicas de Openhaimer, cuando dice: “encontré un país con edificios muy grandes en Latinoamérica, sin nada de ciencia”, el decir y el gritar Basta de Historias (2017), es un grito de los que piden esa oportunidad?

-Les he de decir que me apena mucho hoy confesarles lo que un día siendo una nueva profesora le dije a esa niña y a ese niño, sin saberlo ponía yo una serie de etiquetas sin comprender que uno como docente no solo es la figura de autoridad e institucional, sino que para ustedes en muchos casos somos la única voz válida para sus vidas- dijo la profesora Maribel, en su 30 aniversario en el colegio.

-¿Qué ha sido de María o de Alejandro? No lo sé, pero sé que ellos se quedaron en mi memoria por dejarme llevar por esas falsas y parciales impresiones- continuo Maribel.

-¿Qué clase de educación damos, si nosotros mismos hemos potencializado nuestros propios errores, fracasos y frustraciones a nuestros niños que resultan lo más valioso para nuestro país?- lo dijo con un nudo en la garganta.

Una maestra tuvo que ir para poner su mano en el hombro y saber que todo estaba bien.

Melanie, observaba allí formada, vio todo como se desarrollaba y no alcanzaba a entender esas lágrimas de la maestra, no sabía que hacer… al llegar a casa le conto a su mamá y esta le abrazo, y le conto la gran influencia tienen los profesores como figuras positivas o negativas en la vida de los niños…

-Un día seré profesora y hare hombres y mujeres brillantes para nuestro país- y se fue feliz a lavarse las manos para ir a comer…

Epilogo

Alejandro, se tituló como abogado, como sus padres lo querían, sin embargo, a pesar de tener un gran despacho reconocido, él no se sentía feliz, pues el deseó siempre ser ingeniero.

María, se había recibido de ingeniera, siempre luchó contra esa etiqueta que le puso la maestra pues muchos niños le molestaban diciendo que era la consentida, tuvo que cambiarse de escuela, un día con los años, se encontró a Alejandro, platicaron mucho y recordaban bien ese día…

-Qué bueno que nunca nos dejamos llevar por lo que dijo esa maestra en ese entonces-

Le dijo Alejandro a María, la cual lo vio con mucha ternura y sabía que mentía, pues a ella misma ese día le cambio la vida.

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