Los uniformados esperan que con la llegada de Manuel Alonso García a la SSP las condiciones laborales mejoren, incluyendo su salario.

Por: Ilse Contreras

Incertidumbre, inversión de su salario en uniformes o materiales y  hasta maltrato físico o psicológico son algunos de los factores que enfrentan policías estatales día a día en su labor.

“Sabes que te vas, pero no sabes si vas a regresar”, es el sentir de Fernanda Rodríguez López, quien es madre soltera, cada que debe ir a un operativo, pues al momento de salir se les dice que se van, pero no a dónde.

Apuntó que desde el área operativa, lo más difícil son los enfrentamientos, persecuciones y los casos que tienen que ver con abuso sexual a menores, ya que eso implica presenciar el daño físico y psicológico de la víctima y de la familia.

En entrevista con 24 Horas Puebla, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) estatal, quienes pidieron usar nombres ficticios, coincidieron en algo: uniformes, herramientas y salario no son suficientes para realizar su labor.

Fernanda, una mujer de 32 años y madre de dos niñas, dijo que su salario apenas es suficiente para costear los gastos en su hogar, debido a que de los 10 mil pesos que gana al mes, en ocasiones destina mil 500 pesos para uniforme y otras herramientas de trabajo, además de que las jornadas laborales suelen extenderse y los permisos son limitados.

Incluso, ha invertido de su salario para comprar materiales como bolsas, guantes, etiquetas y papelería para que las pruebas no lleguen alteradas al Ministerio Público, puesto que el nuevo Sistema Penal Acusatorio les permite realizar procesamiento de un lugar de intervención, tal como lo haría un perito criminalista.

“En ocasiones hay que improvisar, si todavía te alcanza la quincena, compras, pero si no hay que andarle buscando para que lleguen los indicios sin ninguna alteración”, reveló.

Los entrevistados coincidieron en que otras de las complicaciones del Sistema de Justicia Penal, durante la detención de una persona en flagrancia; son los términos legales, así como el tiempo que lleva procesarlos, pues entre otras cosas, deben pasar por un dictamen médico que compruebe que no fueron lesionadas por los uniformados, y que en ocasiones, al no ser delito grave tienen derecho a fianza.

“Cuando es un delincuente, ya te lo notificaron y es reincidente, hasta ellos se burlan de uno, dicen ‘te vas a tardar más tú en poner a disposición (que) en lo que yo pago y salgo’, en esos casos sí lidiamos porque hasta tenemos que poner de nuestra bolsa para el papeleo de la detención”, dijo la mujer con una trayectoria de cinco años en la academia de policía.

El robo en transporte público, a transeúnte, de vehículos, autopartes, a casa habitación y a comercio son los principales delitos con los que se enfrentan en el primer sector, que corresponde a la capital.

Para Carlos Morales Sánchez, de 42 años, otro problema es enfrentarse con “la ignorancia de la gente”, pues hay quien cree que pueden detener a cualquier persona por cualquier falta administrativa como si fuera un delito.

Además, señaló que la ciudadanía no está acostumbrada a denunciar y cuando lo hacen no le dan seguimiento.

“Dejan a la mitad su denuncia, entonces es empezar de cero, la gente debe de hacer conciencia, a veces es un poco molesto porque pierden tiempo, pero tienen que estar con el dedo sobre el renglón, si no queda como si no hubiera pasado nada”, dijo.

Morales Sánchez lamentó que más allá de no tener el equipamiento necesario, las personas ya no respetan a los uniformados y en la actualidad la sociedad llega a proteger a los delincuentes.

“Nosotros cuando prestábamos auxilio hace años, teníamos un respaldo de la ciudadanía, en esta temporada se ha perdido (…) en ocasiones hay gente que está en contra de que entremos a algún municipio, a algún poblado para proteger a alguien”, refirió.

A 16 años de haber ingresado a la SSP, indicó que su labor como sargento segundo es hacer recorridos tanto en el municipio como en el estado, a fin de prevenir delitos y evaluar los índices delictivos.

Señaló que las actividades ilícitas  que más han ido al alza, al menos en los últimos dos años, son el robo al transporte público en la capital, el robo de combustible, a trenes y transportistas en el estado.

Irma Quiroja Hernández señaló que 80% de los delitos que atienden tienen que ver con algún tipo de atraco y el resto con el robo de combustible.

Al igual que su compañero, coincidio en que el respaldo de la ciudadanía cada vez va en decadencia, lo cual también frustra su labor, además de que las penas para los delincuentes suelen ser menores al delito que cometen.

“Parece burla, pero un delincuente puede matar a cinco policías y sale libre, en cambio nosotros dicen que ya lo agredimos, violamos sus derechos y se deja en libertad”, dijo.

Los estatales esperan que con la llegada de Manuel Alonso García a la SSP las condiciones laborales mejoren, incluyendo el salario que perciben actualmente.

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