Economía, Política y Otros Pecadillos
Por: Michel Chaín Carrillo / @MichelChain 

Economía

La participación de las mujeres en la vida económica y el mercado laboral tuvo un despegue acelerado a partir de la segunda mitad del siglo XX.  Primero, cuando la 2da. Guerra Mundial hizo necesario que las mujeres abandonaran el hogar para ocupar los puestos de trabajo de los varones, quienes se habían ido a los frentes de batalla.  Segundo, a finales de los 60´s cuando la aparición de los métodos anticonceptivos accesibles (la píldora) permitió a las mujeres planear su maternidad, pudiendo decidir si querían tener hijos o no, así como cuando tenerlos, lo que les brindó mejores oportunidades para estudiar o trabajar.

Hoy en día es común ver mujeres desempeñándose de manera exitosa en prácticamente todo los ámbitos y lo mismo vemos médicas que ingenieras, economistas, profesoras, deportistas o políticas.  Sin embargo, su participación laboral sigue presentando rezagos importantes respecto a la de los varones.

En el caso de los Estados Unidos, y de acuerdo a datos del portal ourworldindata.org, más de 65% de las mujeres mayores de 15 años participan en el mercado laboral; sin embargo, la participación de mujeres casadas baja al 60%.  En cuanto a aceptación el porcentaje de aprobación para que las mujeres casadas trabaje en aquel país, pasó de un lamentable 20% en los años 40´s a poco más de un 80% de aprobación en 1998.  Ojo: esto significa que hay cerca de un 20% que opina que una mujer gringa casada no debería trabajar. 

En el caso de México, de acuerdo a datos publicados por Inmujeres e Inegi, de 2001 a enero de 2019 la tasa de participación económica de las mujeres pasó de 35.3% a 43.8% (la de los hombres es de 76.6%, lo que significa que por cada mujer que trabaja lo hacen casi dos hombres); sin embargo, su participación se sigue dando en condiciones desfavorables, pues el 57.2% de las mujeres que trabajan lo hacen en el mercado informal, con menores ingresos, sin acceso a la seguridad social y siendo más vulnerables a discriminación o acoso.

En una economía tan competitiva como la del Siglo XXI es suicida no utilizar todos los recursos y talentos que como sociedad tenemos.  Tratar de competir exitosamente, mientras le ponemos obstáculos al 51% de nuestra población sólo por el hecho de ser mujeres, es tan absurdo como querer volar un avión de dos motores apagando uno.

 

Política

La incorporación de más mujeres en la vida productiva, no necesariamente ha significado que los ámbitos empresariales y laborales dejen de ser “hechos por hombres, para hombres”.  Las maneras en las que se hacen los negocios castigan, muchas veces de manera inconsciente, a las mujeres pues tienen horarios y prácticas diseñadas para varones sin obligaciones en el hogar y que, por lo tanto, dejan fuera a las trabajadoras que combinan su desarrollo profesional con otras actividades personales.

La existencia de fenómenos como los “pisos pegajosos” (que se refieren a las dificultades adicionales que enfrentan las mujeres para iniciar su vida laboral o emprender) o los “techos de cristal” (las normas no escritas que impiden a una mujer escalar posiciones jerárquicas con la misma facilidad con que lo hace un hombre) son realidades cotidianas.  Es por eso que se necesitan políticas públicas que generen mayores facilidades para que las mujeres puedan combinar sus roles como trabajadoras, empresarias o políticas, con aquellos que decidan tener como madres, hijas o esposas.

En este contexto, preocupa que el Gobierno Federal cancele programas diseñados precisamente para las mujeres que trabajan, como es el caso de las estancias infantiles que facilitan su inclusión laboral brindando cuidado profesional a sus hijos mientras ellas trabajan.  Pretender que darles dinero directamente a las beneficiarias resuelve el problema me parece ingenuo, por decir lo menos; como ejemplo, ya la presidenta de la Fundación Michou y Mau, especializada en atender a niños que sufren quemaduras graves, señaló que de los 2 mil 170 niños que ha atendido esta Fundación, en el 80% de los casos el accidente se originó en la cocina por líquidos calientes. 

Algo similar sucede al retirar los apoyos dirigidos a los refugios para mujeres víctimas de maltrato, pues se está dejando a un grupo claramente vulnerado a merced de sus agresores.  Convertirlas en clientela política, mediante la transferencia de dinero, no las empodera, ni les da las condiciones para poder rehacer sus vidas de manera más plena y productiva.

 

Otros pecadillos

Pasó la ceremonia de los Óscares y, si bien “Roma” de Alfonso Cuarón no ganó el premio a la mejor película (lo cual me dio mucho coraje, porque soy su fan desde que hizo “Sólo con tu pareja” en 1991 con una idílica Claudia Ramírez y un genial Daniel Jiménez Cacho), las estatuillas obtenidas por mejor dirección, fotografía y película extranjera, dejan en claro el talento del director mexicano.  Adicionalmente, la película visibilizó la realidad de las trabajadoras domésticas y ha levantado toda una polémica al respecto que, sea como sea, influyó para que el IMSS haya lanzado un programa piloto para que todas estas mujeres puedan acceder a esquemas de seguridad social.  Honor a quien honor merece: ¡bien por Cuarón y bien por la iniciativa del IMSS!