La Mirada Crítica
Por: Román Sánchez Zamora / @RomansanchezZ 

I

El examen final no esperaría, era su último paso para terminar la carrera…

–Camilo, mucha suerte –le dijo su madre al salir de casa…

II

–Me quede dormido, mi jefe se va a enojar; tanto trabajo para que hoy que es la presentación me haya quedado dormido. Ojalá me quedara dormido… para siempre –pensó para sí Juan en un taxi que tuvo que tomar para llegar a tiempo.

III

–Daniel, ya es tiempo, por favor llévame al hospital.
–Claro que sí, sólo llamo a la oficina para avisar que no iré –la alegría era tal que no importaba si lo despedían, su hijo tan anhelado ese día se presentaría al mundo…

IV

–Lo siento, señor Bolaños, pero su proyecto no fue avalado por el comité.
–No pasa nada, ya lo presentaré en otro país, quizá allá tengan más sensibilidad para esos sueños que aquí parecen extraños –dijo antes de marcharse de ese lugar lujoso…

1

Las 14:30 horas marcaban a 35 grados, en una comunidad de temperatura templada; ya se sentía que el sol los castigaba…

2

–Todos somos culpables del cambio de clima –le dijo el tendero al cliente de años.
–En mis años, en esta temporada ya comenzaban las lluvias, por tanta química que tomamos –suspiró el señor de 82 años al alejarse a su casa.

3

–Ya no encuentro camino en mi vida, ya es hora de comer y no encontré empleo, sí que se siente más el calor cuando no hay un peso en la bolsa –Mary, la joven madre, contaba sus 10 monedas en la bolsa que servirían para comprarle algo a sus hijos que seguro ya le esperaban en casa.

4

–¡Vaya! Por fin. Mi hermano consiguió el negocio, por fin, meses de esperar y trámites para que por fin lo pongamos a trabajar, felicítenme, desde hoy a crecer en grande –Emilio dijo al llegar a casa, la comida estaba en la mesa, sus hijos lo vieron, sonrieron –Te lo dije, sólo había que esperar. “Felicidades”, le dijo Estela, su esposa…

I b

–Madre, saluda al nuevo profesionista de la familia.
–Me haces tan feliz, tu padre estaría orgulloso de ti.

Los dos fueron al altar donde había una foto, le prendieron una veladora y se abrazaron.

II b

–Sin duda que nunca me equivoqué cuando te dejé en ese cargo que ya me habían pedido para un recomendado del ministerio de gobierno, pero yo necesito a gente con ideas.
–Siento que se retrasara la reunión por mi culpa, no volverá a pasar.
–Claro que no volverá a pasar, eres el nuevo jefe de piso de este ministerio. ¡Felicidades!

III b

–Daniel, mi pequeño hijo, sonreía al verle desde el otro lado del cristal de la sala de maternidad.

IV b

–Señor Bolaños, mi jefe ha reconsiderado y sí lo apoyaremos.
–Señorita, le diré que cuando salí de su oficina me sentí el hombre más triste del mundo, no podría llegar a casa con otra derrota, trabajé por años, me senté en la banqueta por cinco minutos y me dirigí a la oficina diplomática del imperio Patricio, le mostré al embajador mi proyecto y me dijo que su país estaría muy honrado en aplicar esto y hasta una plaza me ofrecieron de la universidad central, que cerebros como el mío hacen el cambio para esos países… gracias –le dijo Carlos a la señorita quien festejaba con sus hijos el cambio de ciudad…

4 y 3

–Mary, por favor venga a trabajar conmigo, requiero gente de confianza, en esta etapa inicial de la empresa usted sabe que este era mi sueño y por fin lo hemos conseguido, por supuesto que no ganará lo que le pagábamos en la otra empresa, pues aquí requiero de su entrega total.
–Por supuesto que sí, usted es un gran hombre y qué bueno que volveremos a trabajar juntos, es un gran proyecto y sí le vamos a entrar, debo ocupar mis tardes en aprender mandarín, pero bueno, hay que pagar los precios y en dos años estoy segura que todo estará mejor –Mary recibió un adelanto, sus hijos la vieron inusualmente feliz, ellos comieron la pizza tan anhelada y les contó que iría a una academia de idiomas.

1 y 2

 

–Por fin ha caído la lluvia, le hemos hecho mucho daño al planeta. ¿Qué clase de planeta le dejaremos a nuestros nietos? –dijo aquel hombre de 82 años que ahora veía cómo el agua corría por su jardín y refrescaba las hojas marchitas.

“¿Cómo llegamos hasta aquí? ¿En qué parte nos perdimos como sociedad? ¿Desde cuándo comenzamos a ser los extraños?”

La sociedad ha sido educada para tener en sus historias, sus cuentos, finales brillantes, finales trágicos, como si todo tuviera un fin; entonces, la gente sólo espera su final, sólo espera, espera, en medio del sol o la lluvia para poder evaluar su día, su semana y algunos olvidan que todos los días se esfuerzan para vivir en su ideal inalcanzable.

Las barreras que la sociedad y que nosotros mismos imponemos para poder ascender, tanto económica, como políticamente, por familias, por conocidos, por parentescos, no importa cuán brillante seas, sólo serás parte de la estructura disfrutando parte del festín de la abundancia, sólo por un tiempo, pues los de siempre ya preparan a su gente para no perder ese espacio que se prestó a los parias para que no se revelaran ante el sueño de cambio.

En el anhelo de vivir, comprar, disfrutar lo efímero es difícil reconsiderar y voltear a ver lo verdaderamente importante, el nacimiento de un hijo, el reconocimiento al esfuerzo, el placer de ver la lluvia, el placer de buscar nuevos caminos y atreverse a conquistar otras fronteras.

–Felicidades, hija, por tus 10 años, sin duda que tus amigos y las personas que te queremos hicimos un esfuerzo para estar contigo, estos momentos son los verdaderamente importantes –Patricia abrazo a su hija Melanie.

Camilo le tomó muchas fotos, Juan llevó el pastel, Daniel y su esposa le regalaron unos libros de filosofía –eran míos, fueron de la universidad, pero hoy me dicen serán de mejor provecho para ti –le dijo Daniel y le dio un abrazo. Carlos Bolaños llegó a la fiesta con su hija –habría contratado el payaso, pero esta niña es muy filósofa y le habría cuestionado por sus métodos para hacer reír a la gente, mejor le traje el dinero en un sobre, sé que lo aprovechara bien.

Mary y Emilio llegaron cada uno con su familia y hablaron con Patricia del nuevo negocio en el que participaban y comenzaba a establecerse muy bien.

–Papá –dijo Patricia con un nudo en la garganta. –¿Y qué haces aquí?
–Vine a ver lo más importante de la vida, lo que en realidad nos hace sentirnos vivos… mi nieta, pues no todos los días cumplirá 10 años –sería la última vez que ese hombre de 82 viviera esos calores de inicio de marzo.