Crónicas marcianas
Por: Zeus Munive / @eljovenzeus 

Yeidckol Polevnsky es la mujer más poderosa en el país y no es que haya impuesto candidatos como dicen los doctos en política, ella es la voz femenina de Andrés Manuel López Obrador en Morena. Lo que haga o diga lleva la venia de ya saben quién. Ella le ganó en el juego de las vencidas al senador Ricardo Monreal, le ganó a César Yáñez y a todos los que intentaron meter candidatos en el partido del Presidente.

Respecto al caso Puebla, le dio una cachetada al senador Alejandro Armenta Mier, le dijo sabandija y lo retó a que regresara por donde vino, le quitó la oportunidad de ser candidato a gobernador esta ocasión y le advirtió sobre su berrinche por asegurar que no había transparencia en Morena. Cuentan que el miércoles dijo en una reunión después del registro de Luis Miguel Barbosa ante el INE: “Si (Armenta) no quiere entender, le vamos a dar sus coscorrones”.

La Cuarta Transformación golpea como el viejo sistema: no es violencia física, es una especie de bullying, de congeladora, de cortar los recursos, de mandar al ostracismo al grado de quedar como el loco de la cuadra.

Respecto a la ciudad de Puebla, ya dobló a la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco, pues Polevnsky le mandó a decir que está dispuesta a asesorarla en caso de que no pueda con el paquete y un grupo de regidores que encabeza doña Rosa Márquez Cabrera está a tres… dos… uno de sacar la guadaña y dar un cabildazo.

Claudia Rivera entendió la señal y al parecer no va a hacer más olas.

En este momento se ve difícil que le den un golpe de Estado a la alcaldesa por la campaña, no obstante; la amenaza está latente y si eran cinco regidores con Barbosa ahora se pueden unir más por el fenómeno de la cargada.

Luis Miguel Barbosa tiene el camino libre y tiene todo el respaldo no sólo de la presidenta nacional de Morena, sino del líder de la Cuarta Transformación. A todos los engañaron con la verdad al momento de echarlos a competir.

El candidato de AMLO siempre fue Barbosa, aunque en público dijera lo contrario. Ese estilo a la Ruiz Cortines que destila el Presidente no se lo quita ni Obama.

La pregunta de todos es ¿por qué?, ¿por qué no apostarse por otro candidato? La respuesta lógica es que para Morena la elección de julio del año pasado fue robada vilmente por los morenovallistas, porque Barbosa aguantó estoico todo tipo de guerra sucia en la campaña, porque no quiso un puesto después de que el Tribunal Electoral ratificó a la esposa de Moreno Valle como gobernadora y porque en los estudios de opinión apareció tres a uno en las mediciones.

Todo eso, en parte, es verdad, pero también hay una razón más de fondo: lo que no suena lógico, suena a metálico.

Barbosa creó una red de políticos y empresarios desde que estaba en el perredismo nacional y la terminó de consolidar en el Senado cuando fue el líder parlamentario. Todo ese capital político y económico lo sumó a Morena y lo puso a disposición de ya saben quién.

Barbosa tiene amarres hasta por debajo de las piedras y esos acuerdos son complicidades que pesan más que los berrinches de Alejandro Armenta.

Yeidckol Polevnsky ganó esta jugada y si entrega buenos resultados en julio difícilmente será de la fauna en peligro de extinción como lo sugirió Monreal cuando le dijeron sabandija. Ella tiene un peso específico, aunque al parecer aún hay armentistas que no han entendido nada.