Los Guisantes de Mendel
Por: Víctor Florencio Ramírez Cabrera

Hace 81 años, mi tío Luis Meneses vivía: era arriero, llevaba cargas, desde cartas, valores, vestidos, papel, de todo, desde la estación de trenes de Beristain, en Ahuazotepec (celebre recientemente por la explosión de una toma ilegal de combustible) a Huauchinango, a unos 13 kilómetros.

No había carreteras ni teléfono en la localidad. Había energía eléctrica gracias a estar cerca de la hidroeléctrica de Necaxa, pero en las comunidades no había.

La famosa Feria de las Flores de Huauchinango se organizaba por primera vez formalmente.

Nacía el Rey Juan Carlos I, de España y también Lyn Margullis, quien fuera esposa de Carl Sagan.

En ese año se crea el teflón, así es que no se podía cocinar aún con él, las mujeres no votaban en México, en ese mismo año se patentó el bolígrafo (si, se usaba sólo pluma) y se creó la primera fisión nuclear. Todo esto en medio del conflicto que sería la Segunda Guerra Mundial.

Para hablar de los tiempos, sonaba por aquel entonces “Allá en el rancho grande” y “Ay Jalisco no te rajes” y aún no se estrenaba el Huapango de José Pablo Moncayo ¿que habrán usado entonces en el PNR (así se llamaba el PRI a inicios de ese año) para amenizar sus mítines?

Todavía no habían sido grabada ni exhibida Los Tres Garcia y en general Pedro Infante era un total desconocido, debutaría un año después.

El principal método de transporte en la Ciudad de México era el tranvía, no había metro, y Ford comercializaba unos 6 mil autos al año entre fabricados en Mexico (2000) e importados. El parque vehicular era de poco más de 100 mil, con una tasa de 1 vehículo por cada 150 personas.

De los 18 millones de habitantes en México, sólo 7 contaban con electricidad. Esa energía provenía principalmente de hidroeléctricas, generación centralizada que tenía (y sigue teniendo) altísimos costos de inversión e impactos ambientales en un inicio, aunque posteriormente tiene costos relativamente bajos. La Ciudad de México tenía ya más de 50 años con alumbrado eléctrico, a cargo de Siemens

Según el dato encontrado en el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, en México había entre 411 y 680 MW de capacidad instalada de generación, principalmente hidráulica aunque también térmica (información disponible en http://internet.contenidos.inegi.org.mx/contenidos/productos/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/nueva_estruc/HyM2014/11.%20Sector_energetico.pdf).

Cualquier de las subastas de energía eléctrica de los últimos tres años generó inversiones en plantas con mayor capacidad en su conjunto de lo que existía en ese año.

Los equipos eléctricos que se usaban en los hogares en ese entonces eran mínimos, no había televisión (la primera transmisión fue 8 años después) ya había radio, se usaba Iluminación, no había hornos de microondas, había pocos refrigeradores y un año después llegaron las primeras lavadoras automáticas al Mercado.

La eficiencia energética no era tema, así que había pocos aparatos en casa, pero de alto consumo eléctrico (donde había electricidad).

Generar energía se hacía de forma centralizada, aunque algunas empresas se establecían al lado de ríos para poder generar y consumir su energía in situ, pero podría considerarse una locura intentar generar su propia electricidad en casa, como ahora lo permiten y a costo relativamente bajo los paneles solares.

Había cajas registradoras, pero eran mecánicas y como esa podría hacer un largo recuento de cosas que existían pero no funcionaban con electricidad. Tenía 70 años de haber iniciado el calentamiento solar de agua, la energía eólica se aprovechaba pero no como electricidad y aunque el efecto fotoeléctrico se descubrió 99 años antes, era experimental el uso de sistemas fotovoltaicos. Impensable aún algún panel en casa.

Para los Millenials: las pocas similitudes entre 1938 y la actualidad es que Chabelo ya había nacido, estaba por cumplir sus 3 años de vida.

Considerando los cambios tecnológicos per se, su influencia en la forma de administrar recursos, los cambios demográficos, urbanos y un largo etcétera que sucede alrededor de esto ¿tiene algún sentido regresar a un modelo de administración energética de 1938?

Piénselo bien, pero eso es lo que propuso el director general de CFE hace una semana.