Antes de la esgrima, Andrew Rafael Cortés probó suerte practicando basquetbol y karate; pero, en sus palabras, “ninguna se puede comparar con la experiencia de pelear con un florete”.

Por: Diego Diego

Nunca es tarde para intentar algo, solo basta con hacerlo. En la práctica del deporte esta premisa se convierte en una afirmación cuando la carrera de un atleta inicia después de los 20 años y se consagra rápidamente como uno de los mejores en cualquier disciplina.

En entrevista para 24 Horas Puebla, Andrew Rafael Cortés, novato del año y segundo mejor floretista de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), compartió su experiencia como esgrimista revelación, el tiempo transcurrido para tomar este deporte como práctica profesional y las metas a perseguir durante este año.

Antes de la esgrima, por su estatura de 1.80 metros, Andrew probó suerte practicando basquetbol y karate; pero, en sus palabras, “ninguna se puede comparar con la experiencia de pelear con un florete”.

El atleta creció viendo peleas con armas de acero en las transmisiones de los Juegos Olímpicos, así como en películas de acción; su sueño siempre se mantuvo para empuñar algún día una espada de manera profesional.

“Principalmente me motivó el hecho de manejar un arma blanca, una espada. Crecí viendo esgrima en los Juegos Olímpicos, (en) películas de acción donde luchaban con espadas; siempre tuve la ilusión de practicar esgrima, pero nunca había tenido la oportunidad de hacerlo hasta la universidad”, relató el atleta.

LA PRIMERA PELEA

La decisión de practicar este deporte llegó un poco tarde; fue hasta los 21 años de edad cuando por fin se acercó a una pista. Su talento nato destacó sobre el resto de su generación y de inmediato llamó la atención de sus entrenadores; a sólo un mes de práctica tuvo lugar su primera pelea.

Cortés Vite consideró que la tranquilidad, concentración y disciplina son las principales fortalezas de un esgrimista. Al pisar un escenario, se aleja del exterior y sólo mira frente a su adversario.

“Tranquilidad, paciencia, mucha concentración y ganas para realizar un combate. Mis entrenadores me exigen constancia y disciplina; es la principal herramienta que necesitas en esgrima, tiene más valor que usar una espada o un sable”, opinó Andrew.

Las ganas de destacar en el grupo universitario de la Autónoma de Puebla lo llevaron a conseguir un sorpresivo segundo puesto dentro de la Universiada interna, así como ser considerado el mejor novato y revelación como deportista el año pasado.

Después del reto y los logros obtenidos en las competencias internas vino la posibilidad de clasificar al selectivo nacional; las horas de entrenamiento se intensificaron de dos a cinco horas, un desgaste que mermó las condiciones del peleador, pero lo llevó al lugar donde está actualmente.

“Fueron demasiadas horas de entrenamiento, hubo frustración, lágrimas derramadas, el esfuerzo fue más allá de lo planeado. En la competencia interna hay grandes tiradores, tuve que esforzarme de más para (obtener) un lugar en el nacional”, comentó el universitario.

En la elección de su instrumento de ataque, Rafael Cortés decidió portar el florete por sus cualidades en el rectángulo de combate y su personalidad. Se considera una persona imperativa, amigable y muy ágil en su estilo de pelea.

LA OTRA PASIÓN

Además de la práctica de la esgrima, actualmente estudia la licenciatura en Químico Farmacobiólogo en la BUAP, ya que quiere en un futuro dedicarse a la farmacéutica, pues su segundo lugar favorito en la vida son los laboratorios.

Compaginar ambas carreras no es complicado, Andrew cree que “comparten el mismo grado de concentración y disciplina. Con la pasión que le dedico, no es complicado alcanzar las metas que me propongo”.

Para este año, el reto del esgrimista será subir al pódium en la Universiada Nacional y pensar en una representación para competir a nivel internacional; su máximo deseo es terminar dentro de los mejores ocho competidores de esgrima en México.

“La meta de este año es clasificar esperemos que no sea difícil y obtener algún metal en la Universiada Nacional, ya sea en equipo o individual; es lo principal. Planeo llegar a un selectivo nacional para representar a equipo en otro país y cerrar entre los ocho mejores floretistas”, indicó.

La carrera de Andrew Rafael en la esgrima apenas comienza, sus entrenadores vislumbran un buen futuro como peleador. Y, después de ver a los mejores en los Olímpicos, “quizá algún día ocupe un lugar en el gran escenario”.