Garganta Profunda
Por: Arturo Luna Silva / @ALunaSilva
Como lo hizo antes en el PRI, cuando se fue dando un estruendoso portazo, Alejandro Armenta Mier es ahora en Morena factor de rompimiento y disenso. Su impugnación a la encuesta que definió la candidatura a Casa Puebla para Luis Miguel Barbosa Huerta, que luego tuvo el revire de que el ex priista está chantajeando para obtener posiciones en el próximo gobierno, conforman un guión ya visto: su jefe político, Ricardo Monreal Ávila, coordinador de los senadores, lo hizo en 2018, cuando no consiguió la candidatura para gobernar Ciudad de México. En un escenario abrumadoramente a favor del lopezobradorismo en Puebla, el senador con licencia le mete ruido y riesgo a un triunfo que se suponía consumado en la gubernatura.
El posible escollo para el triunfo de Morena en la elección extraordinaria a la gubernatura tiene hoy como arquitecto a Armenta Mier.
Luego de su impugnación a la candidatura de Barbosa ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), llegaron contra él acusaciones con aroma a explicación.
El senador con licencia, dijo el lunes David Méndez, vocero de la campaña de Barbosa, está chantajeando para conseguir puestos en el gobierno.
Lastima al partido y está operando para el Partido Acción Nacional (PAN) y su candidato, Enrique Cárdenas, remató.
En una entrega, el pasado 5 de marzo, ya ubicábamos a la división, como el mayor factor de riesgo de Morena en la elección.
“1. Una profunda ruptura al interior de Morena, producto de los encontronazos —públicos y privados— entre Luis Miguel Barbosa, Alejandro Armenta y Nancy de la Sierra (y los grupos que representan) al calor de su proceso para elegir (o imponer) candidato (a).
“La falta de una eficiente operación cicatriz, o la mezquindad y cerrazón tanto del ganador como de los perdedores, terminará por ahondar la división hoy más que evidente y sumirá al partido en lo que se conoce como perredización, una implosión acompañada de una batalla campal de todos contra todos, en la que no faltarán las traiciones, los golpes bajos y las vendettas”.
Pero lo que ocurre en Morena en Puebla y el pataleo de Armenta, quien incluso ya prolongó su licencia al Senado para continuar con su afrenta al partido que lo cobijó tras su ruptura con el PRI, es una película que ya vimos.
El poblano pareciera seguir paso a paso la estrategia del pasado de su jefe de bancada en el Senado de la República, Ricardo Monreal Ávila.
En 2018 el zacatecano quiso ser candidato al gobierno de la Ciudad de México.
Perdió en la encuesta contra la hoy jefa de la administración capitalina, Claudia Sheinbaum Pardo.
Se dijo víctima de una imposición y también llevó el caso ante el Tribunal Electoral de CDMX.
En esa instancia tampoco le dieron la razón y el resto de la historia la conocemos.
Alejandro Armenta hoy sigue el guión del ex gobernador de Zacatecas, a quien pareciera motivarlo en este asunto su disputa personal contra Yeidckol Polevnsky, presidenta del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de su partido.
Por cierto, Yeidckol estuvo este martes en la sesión del Senado para saludar a los legisladores de su partido.
Ellos, que han sido el principal apoyo del poblano, se sacaron sonrientes fotos con su presidenta de partido.
Al único que ni se le acercó fue a Monreal.
El tema de fondo es Armenta y el efecto Monreal.
En su afán, el ex presidente municipal de Acatzingo ha generado también disputas contra el gobierno estatal.
A la par de descalificar las encuestas, un día sí y otro también, se le ha ido encima a Fernando Manzanilla, el secretario General de Gobierno.
Incluso, ha pedido su renuncia.
Lo acusa de entrometerse en el proceso, amenazar alcaldes para que apoyen a Barbosa y un largo etcétera.
A esa exigencia también se sumó la senadora Nancy de la Sierra y el grupo de legisladores locales y federales que los acompañan. De la Sierra en defensa de su esposo, José Juan Espinosa, el peor pasivo para su carrera y quien también se dice víctima de “represión y persecución” desde la SGG.
Este lunes, Manzanilla, que había mantenido un silencio prudente, respondió contundente a las imputaciones.
“Desde hace semanas he estado recibiendo acusaciones sin sustento, las cuales son, en realidad, parte de una campaña de golpeteo político, en el cual no tengo tiempo ni interés de participar”, escribió en sus redes sociales el funcionario.
“Todos los días la @SGGPuebla atiende cientos de importantes temas para la gobernabilidad de Puebla. No tenemos tiempo de estar haciendo politiquería; eso sólo le genera molestia y enfado a la ciudadanía”, remató entre otros párrafos en Twitter.
Morena por sus disensos, de los que Alejandro Armenta es el constructor en complicidad con Monreal, está metido hoy en un innecesario y peligroso callejón, cuando toda la marea estaba a favor.
Ya antes le ha pasado a otros en otros momentos.
Dejaron ir la ventaja, por la rabia interna.
Una fractura en Morena que si panistas y priistas saben aprovechar, llevará a un escenario mucho más competitivo una elección que parecía un día de campo para Luis Miguel Barbosa.
Que quede constancia.