Por: Redacción
En el marco de la conmemoración del Día de la Mujer, Lilia Meza Montes, académica del Instituto de Física “Luis Rivera Terrazas”(IFUAP) de la BUAP, durante su conferencia “Las mujeres en la ciencia, lo bueno y lo malo”, aseguró que el conocimiento científico se construye a partir de la recolección de la investigación de muchas personas, así que en realidad ni se necesita ser hombre, ni tampoco genio para amar y dedicarse a la ciencia.
Durante la charla, la académica destacó que la participación femenina ha crecido, pero persisten estereotipos que merman su inclusión en la ciencia, además que México comparte con otros países el factor pobreza, que se refleja en la inversión que se hace para la ciencia.
Asimismo, detalló que “claramente los que invierten más son los del primer mundo, como China, Estados Unidos, Canadá. El que más invertía en América Latina era Brasil, pero con el cambio de gobierno esto cambió. En cuanto a la situación de nuestro país, México tiene una participación del 42.5% de mujeres en la ciencia, colocándose como uno de los porcentajes más altos, esto según datos de la UNESCO. No obstante, México aún está por debajo de países como Brasil, Cuba y Argentina”.
Meza Montes señaló que la falta de inversión en educación se refleja en la permanencia de niñas en la escuela, por lo que el promedio de esperanza de vida en este sector es de 15 años.
“La esperanza de vida escolar para las niñas es baja, con un promedio de edad de 15 años, eso abre la interrogante de que si no permanecen en las escuelas, cómo podrán llegar a ser científicas”, dijo.
Además, indicó que estas cifras se aprecian en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), que desde 1984 hasta 2016 registran una clara diferencia entre la participación de hombres y mujeres.
“El 36% de los investigadores en nuestro país son mujeres, ahí se manifiesta este rezago, y si observan las cifras del Sistema Nacional de Investigadores, podemos ver en este momento que las áreas que menos participación femenina tienen son ingenierías y físico matemáticas”, señaló.
Desde otra perspectiva más favorable, mencionó que los estereotipos sobre lo que es y representa un científico, es una práctica que debe revertirse, ya que afecta la imagen colectiva del papel de las mujeres dentro de la ciencia.
Destacó que la BUAP fomenta el análisis y propone mediante diversas actividades la participación activa de las mujeres en la ciencia; además, enfatizó que a pesar de los contratiempos que enfrenta este género, el interés de las mujeres por dedicarse a la ciencia ha aumentado.
Por ello, recordó a varias científicas mexicanas que han sido reconocidas, entre ellas mencionó a Mayra de la Torre, ingeniera bioquímica, quien en 1988 fue la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el campo de ciencias físico matemáticas se otorgó el reconocimiento a Herminia Pasantes Ordóñez, y a otras cinco científicas del área lo han recibido, entre ellas las doctoras Linda Silvia Torres Castilleja y Estela Susana Lizano Soberón.
Al respecto, dijo que los premios para científicas son importantes porque impulsan vocaciones y contribuyen a una imagen de paridad.
Finalmente, destacó las acciones que el gobierno lleva a cabo a través de la Ley de Ciencia y Tecnología que establece como obligación promover la perspectiva de género e inclusión con una visión transversal.