Las Serpientes
Por: Ricardo Morales / @riva_leo

El último clavo al ataúd de Alejandro Armenta Mier lo constituyó la encuesta de la empresa Mas Data, la cual ubicó al aspirante a la candidatura de Morena en el tercer lugar de las preferencias, detrás de Nancy de la Sierra y del puntero, Luis Miguel Barbosa Huerta, quien duplica en intención de voto al oriundo de Acatzingo a población abierta y 3-1 entre los simpatizantes de Morena.

La verdadera contienda constitucional fue entre los morenistas en este periodo de precampaña y la decisión final parece ya un mero trámite, porque todo indica que será el ex senador Luis Miguel Barbosa quien lleva mano en esta apasionante lucha, a la cual al parecer Alejandro Armenta llegó un poco tarde.

Del lado de Luis Miguel Barbosa se alinearon una serie de factores y actores que comenzaron a inclinar la balanza a su favor y que Alejandro no alcanzó a ver en su momento.

El primero de estos factores fue el hecho de que Barbosa se mantuvo en pie de lucha durante todo el tiempo que duró el conflicto poselectoral y no claudicó en sus intenciones, a pesar de que las circunstancias no le eran favorables.

Aun después del fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que favoreció a la desaparecida Martha Erika Alonso, el ex legislador se mantuvo en su lucha, lo cual le ganó las simpatías del presidente López Obrador, quien siempre lo vio como el gobernador legítimo de Puebla. El apoyo de López Obrador se tradujo siempre en el respaldo por parte de la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky.

Tras el penoso accidente en el cual perdieron la vida Martha Erika Alonso Hidalgo y su esposo Rafael Moreno Valle, Luis Miguel se asumió como el líder político de la entidad y esto derivó en una acción, la cual definió, desde mi punto de vista, la elección.

Mientras Alejandro Armenta meditaba si participaba o no en la contienda extraordinaria que habría en Puebla, Barbosa tomó el control político de Puebla a través del Congreso y tres personajes clave, Fernando Manzanilla, Jorge Estefan y Gabriel Biestro Medinilla, los cuales lograron sacar de la jugada al morenovallismo, hacer a un lado los acuerdos con Olga Sánchez e imponer al gobernador interino en la persona de Guillermo Pacheco Pulido, personaje al cual ya tenía en mente en caso de que el Tribunal hubiera anulado la elección el 9 de diciembre de 2018.

En esa acción, en la cual Armenta y su equipo se vieron faltos de reflejos, fue prácticamente la que desde mi punto de vista le dio la puntilla a quien pudo haber tenido mejores opciones si no se hubiera hecho a un lado en el proceso de selección del interinato.

La serie de alianzas que han ido construyendo cada uno de los aspirantes también deja en claro hacia dónde se puede inclinar la balanza en esta interna.

Barbosa se vio hábil y se encargó de descabezar a lo que quedaba del morenovallismo, acrecentando las disputas internas, sacando de la jugada a personajes como Luis Banck y Eukid Castañón, quienes se fueron al retiro.

También alimentó la pugna interna que derivó en la ruptura del ex gobernador Tony Gali con el panismo puro, los cuales tras la salida del ex mandatario quedaron reducidos a su mínima expresión.

Toda esta cirugía mayor, ejecutada al más alto nivel, es lo que al parecer inclina la balanza a favor de Barbosa, quien para terminar de amarrar sumó a Ardelio Vargas, René Lechuga, Javier López Zavala y Víctor Díaz, para terminar de desarticular a lo poco que aún queda del tricolor.

Alejandro, a su vez, se limitó a sumar apoyos nacionales como el de su coordinador, Ricardo Monreal, y varios de los integrantes de la bancada de Morena en la Cámara alta, lo cual si bien no es un asunto menor, no tiene incidencia en la vida política de la entidad.

A nivel local, Armenta mantuvo el apoyo de su aliada, la alcaldesa Claudia Rivera, quien se mantuvo estoica a su lado, pero no sumó ningún apoyo más que el de Abraham Quiroz ex candidato a la gubernatura.

El aspirante a la gubernatura logró sumar a una parte del panismo a sus filas, pero no a los principales grupos que se han mostrado reacios (Yunque) a apoyarlo y prefirieron ir con un candidato de los suyos en la persona del presidente municipal de Atlixco con licencia, Guillermo Velázquez.

En el PRI, Armenta tiene fuerte ascendencia y una última oportunidad es tratar de sumar a lo que queda del tricolor, el cual está en manos de Enrique Doger Guerrero, con quien tiene buena relación, aunque se ve realmente complicado el panorama.