Las Serpientes
Por: Ricardo Morales / @riva_leo

El desahuciado PRI ha comenzado a mover un pie, luego de que en Morena la división interna comienza a ganar terreno.

Aunque se ve difícil que el tricolor pueda revertir la desventaja que tiene frente al partido lopezobradorista y el PAN, hay que reconocer que es el único que no tiene problemas internos, aunque el ex candidato Enrique Doger Guerrero no apoya la campaña del abanderado del Revolucionario Institucional, Alberto Jiménez Merino.

A diferencia de lo que ocurre en los otros dos institutos políticos (Acción Nacional y Regeneración Nacional), al interior del PRI y de la campaña de Jiménez Merino, el ex gobernador Mario Marín ha logrado cerrar filas entre sus leales y se apresta para ir a la campaña convencido de que puede aprovechar la división que se ha presentado al interior de Morena, precisamente a través de personajes que estuvieron ligados a su administración.

Tanto Alejandro Armenta como Nancy de la Sierra estuvieron ligados al ex mandatario. Una ruptura entre los senadores morenistas con su candidato beneficiaría de manera directa al PRI y a su abanderado Alberto Jiménez Marino.

Creo que equivocadamente muchos analistas señalan que la ruptura entre la dupla Armenta-De la Sierra beneficia directamente al PAN y a su candidato, Enrique Cárdenas Sánchez, yo no lo creo así y veo como beneficiario al PRI.

Cárdenas enfrenta múltiples problemas internos, el panismo y en especial el morenovallismo le han dado la espalda, no tiene una estructura que le pueda ayudar a competir contra Morena y Luis Miguel Barbosa, quien tiene de su lado a todo el aparato.

La mayor parte de los operadores del priismo se ha ido también a Morena, como Ardelio Vargas Fosado, René Lechuga, Alberto Amador, Javier López Zavala, José Luis Márquez, el desacreditado Juan Carlos Lastiri y un largo etcétera.

No obstante, esta desventaja la puede compensar el tricolor si Armenta y su gente se suman a la estructura del ex gobernador Marín, quien cuenta con leales a su causa y conoce como pocos todos y cada uno de los rincones de la entidad.

El mismo Jiménez Merino compensa su desventaja en las zonas urbanas con su presencia en la región rural del estado, donde es ampliamente conocido.

Aquí también cobra especial importancia la estructura de lo que aún queda de otro ex gobernador, Melquiades Morales Flores, quien se ha mantenido al margen del proceso, pero tiene aún ascendencia en muchas regiones de la entidad.

Ciertamente, Jiménez Merino se encuentra en desventaja debido a la marca, pero la ruptura al interior de la 4T le da una leve esperanza de poder revertir esta situación.

Se debe tomar en cuenta que se trata de una elección atípica, donde se va a votar sólo por gobernador del estado, tal y como ocurrió en 2016 en la elección en donde se vieron las caras Blanca Alcalá y Tony Gali.

Hay una franca decepción entre los partidarios de la 4T ante los pobres resultados que han arrojado las administraciones municipales dominadas por la improvisación, pero sobre todo por la corrupción y la inexperiencia.

Jiménez Merino necesita reforzar su presencia en los centros urbanos, Puebla, Tehuacán, Teziutlán, Atlixco, San Andrés Cholula y realizar una muy buena campaña para poder cerrar la contienda. Se ve muy difícil, pero al menos tiene una oportunidad.

Por su puesto, el candidato del PRI requiere que la ruptura entre los senadores Alejandro Armenta y Nancy de la Sierra sea real para poder capitalizar de manera clara esta división al seno de Morena.

El ganador de la contienda lo hará con alrededor de 700 mil votos debido a la bajísima participación que se estima habrá el 2 de junio.

La estructura y el dinero están con Morena, pero una buena campaña le puede llegar a meter un susto a quienes hoy ya sienten de antemano que todo está decretado.

Es la última oportunidad para el ex gobernador Marín, un verdadero experto en la operación política y quien siempre ha dicho que él nunca ha perdido una elección, que cuando él juega, siempre ha ganado.

 

CUAUTLANCINGO VA POR BUEN CAMINO

Mantener la estabilidad social y política en un municipio con alta vocación comercial, industrial y empresarial en el que habitan alrededor de 160 mil habitantes no es tarea sencilla, sobre todo cuando entre esta densidad poblacional existen grupos políticos con sus particulares y lucrativos intereses; sin embargo, pese a esta y otras peculiaridades, la presidenta de Cuautlancingo, Lupita Daniel Hernández, ha sido el factor de equilibrio para preservar la gobernabilidad tanto al interior de su Cabildo como entre la comunidad en general.

Cierto es que en algunos renglones como el de seguridad las cosas siguen difíciles; ante ello, la presidenta tomó acciones para regresar paulatinamente a la tranquilidad, un hecho concreto es que en breve pondrá en operación unidades vehiculares para incrementar los rondines de vigilancia, así también podemos citar la proyección para construir un hospital y dos pozos de agua para surtir el elemental líquido a las muchas unidades habitacionales que se han asentado en Cuautlancingo. A poco más de cinco meses de haber asumido el cargo, Lupita Daniel va por buen camino.