Los Guisantes de Mendel
Por: Víctor Florencio Ramírez Cabrera / @vicfc7

Soy originario de Huauchinango, Puebla, un lugar que fue ampliamente bendecido por los recursos de dos monopolios del Estado. Creo incluso, que sin Petróleos Mexicanos y Luz y Fuerza del Centro, mi ciudad de origen ni siquiera se mantendría o sería lo que es ahora. Entender para mí la reforma energética fue revolucionar de una forma impresionante la manera en que percibía a los sectores de hidrocarburos y eléctrico.

Pero mi ejemplo, si bien es exacerbado, es algo muy común en el promedio del mexicano. Fuimos creados y criados en los monopolios, lo que hace que actividades que no sean monopolios naturales, sean naturalmente un monopolio para nosotros.

Por eso asociamos el éxito de Comisión Federal de Electricidad, CFE (que en mi región fue el enemigo jurado de LyFC) o PEMEX como algo bueno para nosotros. Por eso creemos que mientras más poderosas sean, mejor le va al mexicano ¿Es cierto esto?

No necesariamente. Y para muestra, podré las declaraciones del Director General de CFE quien dijo hace unos días que CFE no era competitivo considerando que le costaba 100 dólares generar un megawatt hora, frente a privados que les costaba 20 dólares hacerlo (dato tomado de la nota http://www.eleconomista.com.mx/empresas/La-CFE-negociara-con-contratistas-para-bajar-pasivos-20190225-0013.html, cuarto párrafo).

Primero, hay que decir que el director exageró inadecuadamente. Los 20 dólares por Megawatt no es el costo común de la generación de energía por privados, sino son el promedio, sí, pero ofrecido en la última subasta de energía eléctrica de largo plazo. La primera y segunda subasta rondaron en los 45 y 30 dólares por megawatt hora, respectivamente.

Pero supongamos que el dato de director de CFE es correcto. Lo más curioso es que ante estos costos, en lugar de hablar de tomar medidas para que CFE sea mas eficiente, habló de modificar tarifas, de una tarifa diferenciada, incrementarla, para que a CFE le vaya mejor (dato de la misma nota).

O sea: para que a CFE le vaya mejor, habremos de pagar más. La vieja historia del monopolio de la tornillería, que ante la falta de competencia en un pueblo, puede subir o bajar el precio a su antojo.

Por eso en 2013 se decidió que más que cualquier otra cosa, el objetivo central del sector eléctrico debía ser beneficiar el usuario. Y si el usuario tenía mejores opciones que la empresa preponderante del gobierno, pues podía acceder a contratar por otro lado o incluso generando su propia energía e incluso vender la misma.

¿Que CFE puede ofrecer lo mismo o incluso algo mejor que los privados? Es cierto.

¿Que en monopolio o condiciones de favoritismo hacia la empresa (“apoyar a CFE” decían los aspirantes a Comisionados de la CRE en el Senado, algo contrario a la misión de la Comisión Reguladora de Energía y por tanto una confesión de ir en contra de la ley) CFE ofrecerá mejores servicios. Es posible, pero MUY POCO probable.

Como hemos dicho aquí, no todo puede estar en competencia, pues más de la mitad del proceso eléctrico se ejerce en un monopolio natural: transmisión y distribución.

Pero dígame usted: si llega una empresa (digamos, la extinta Luz y Fuerza del Centro, convertida ahora en Suministro Básico del Centro, SUBACE) y le ofrece energía a un precio más bajo y servicios adicionales ¿no se cambiaría? Y si la empresa tiene algún nombre extranjero ¿Seguiría pagando más en la que ya acostumbra? Y se la pongo más compleja: tiene usted un negocio y le ofrecen mejor servicio de energía ¿estará usted a favor de regresar al monopolio o que le suban la tarifa a CFE con tal de “fortalecerla” a cambio de sacrificar empleos o la rentabilidad de su empresa?

Esa es la gran diferencia del modelo de la reforma de 2013 y 2014.

No, el centro del proyecto no es hacer fuerte a CFE, es hacerle fuerte a usted y a mí.

Sí, es un cambio de paradigma y a los hijos de los monopolios nos cuesta trabajo, pero es cosa de decidir quién queremos que salga fortalecido: ¿CFE o yo, ciudadano?