Economía, Política y Otros Pecadillos
Por: Michel Chaín Carrillo / @MichelChain

 

 

Economía

Si algo le sigue doliendo a la Cuarta Transformación, y de paso a todos el país, son la economía y la seguridad.  Aunque pudieran parecer temas que caminan en paralelo, en realidad hay una relación muy importante entre ellos: si no hay seguridad, desaparecen las condiciones que hacen posibles las inversiones y el consumo, se dejan de generar fuentes de empleo bien pagadas, se reduce el dinamismo económico y el país deja de crecer.

 

Por esta razón, más allá de los dimes y diretes entre el periodista Jorge Ramos y el presidente López Obrador en la conferencia mañanera del viernes pasado, es interesante observar los datos oficiales en materia de seguridad pública.  De acuerdo al Instrumento para el Registro, Clasificación y Reporte de Delitos y las Víctimas de Delitos del Fuero Común, elaborado y publicado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, mientras en enero de 2018 se registraron 3,900 víctimas de homicidio y en febrero de 2018 lo hicieron 3,809, en enero y febrero de 2019 fueron 4,247 y 4,116 respectivamente.

 

De esta manera, mientras en enero y febrero de 2018 hubo 7,709 victimas de homicidios del fuero común en el país, en 2019 sumaron 8,363.  Es decir, en los primeros dos meses del 2019 ha habido 654 homicidios más que en los dos primeros meses del año pasado.

 

Al analizar los datos de secuestros se observa un comportamiento similar.  En enero y febrero de 2018 se registraron 101 y 85 víctimas de secuestro, para un acumulado en los dos primeros meses de aquel año de 186; en enero de 2019 se registraron 166 víctimas de secuestro en tanto que en febrero de 2019 lo hicieron 141, para un acumulado en los dos primeros meses del año de 307.  Nuevamente, en los dos primeros meses de 2019 se han registrado 121 víctimas de secuestro más que las registradas para os mismos meses del año pasado (un aumento del 65%).

 

Evidentemente este no es un análisis a fondo del fenómeno de inseguridad que se vive en el país, pero sí deja ver una clara tendencia que no pinta bien ni para los ciudadanos ni para la economía.

 

La 4T pasó de los “abrazos y no balazos” a una Guardia Nacional militarizada.  Por el bien de todos, ojalá funcione.

 

 

 

Política

Ya que abordamos los deslices mediáticos y las conferencias mañaneras, creo que es necesario hacer un reconocimiento al gabinete y sus colaboradores.  Lo digo no sólo por el esfuerzo que hacen para levantarse en la madrugada, lidiar con el tráfico de la Ciudad de México para llegar con todo y “almohadazo” puntualitos a las conferencias, en las cuales nuestro gobierno federal brinda espectáculo y entretenimiento tanto a la ciudadanía como a los propios reporteros, sino porque el formato los mete en muchos enredos.

 

¿Cómo ser tomado en serio cuando cada anuncio que hace un secretario o subsecretario puede ser refutado públicamente por el Presidente sin decir agua va?  Ya le pasó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, cuando ajustó a la baja las perspectivas de crecimiento de la economía mexicana para 2019 y cuando señaló que posiblemente revisarían el tema de la tenencia vehicular; lo mismo le pasó al titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, cuando dijo que no se encontró corrupción en el cancelado proyecto del Aeropuerto.

 

Más allá de la parte chusca de los descontones públicos que le pone el Presidente a sus colaboradores, creo que sí es evidente un descontrol en el manejo de la información y la comunicación social que hay en el gobierno federal.  Esto no es un tema menor, ya que el gobierno debe dar claridad de lo que hace o planea hacer para que como ciudadanos podamos tomar decisiones informadas; si por el contrario, el gobierno nos dice una cosa y al día siguiente se desdice, lejos de generar confianza y tranquilidad está abonando al morbo y la desconfianza.

 

¿A quién creerle la próxima vez que haya un anuncio?

 

 

Otros pecadillos

Comienzan las vacaciones de Semana Santa, los niños dejan de ir a la escuela, se aligera el tráfico por las mañanas y buena parte de las familias mexicanas aprovechan para viajar.  Más allá de credos, religiones o falta de creencias, tradicionalmente Puebla es un destino muy visitado en estas fechas.  La Feria de Puebla, los espectáculos, la multitudinaria procesión del Viernes Santo o el Vía Crucis, ofrecen experiencias únicas que complementan la oferta patrimonial y gastronómica.

 

La temporada de Semana Santa es fiesta y fe, pero también una inmejorable oportunidad comercial para las industrias turísticas y gastronómicas del Estado.  Esta vez, también una muy importante prueba para las autoridades locales.