Por: Guadalupe Juárez

Miguel Barbosa afirma que este jueves ha terminado el show. Al lado tiene a Alejandro Armenta Mier, a quien esporádicamente toma del antebrazo y lo llama “amigo” y “compañero de batallas”. En respuesta, el senador con licencia se refiere a él como “licenciado”.

Sentados en una mesa con las sillas tan cerca una de la otra que los obligaba a permanecer codo a codo frente a la prensa, los dos lucen incómodos. Conforme avanza la conferencia con los medios de comunicación la tensión va desapareciendo y con ello la guerra de los últimos meses entre ambos.

Barbosa Huerta dice que el acercamiento no se dio porque viera afectada su eventual ventaja por el conflicto, tampoco por una orden “de alto nivel”.

Para el candidato a gobernador la razón de conseguir no sólo una tregua, sino un acuerdo —relata— fue el oficio político, la operación política, la experiencia política y para evitar la descomposición política y, así, reafirmar que será un mediador cuando gobierne.

“Hace tres días me vi como un escultor. Pero vi a todos los que hemos estado en esa lucha como escultores, y piensen ustedes si las condiciones eran las mismas que hace un año. Nosotros no somos escultores de barro, de piedras, de metales, somos escultores de hechos sociales, políticos y transformamos la realidad”, dice en alusión al porqué optó por acabar con la pugna.

Y dice que es por eso que ha elegido el mismo escenario donde el año pasado libraba otra batalla.

“Aquí pedí perdón a mi esposa y a mi hija, porque a ellos sí les habían hecho guerra sucia. Aquí transformamos esa realidad con trabajo, no se ha ganado nada, las cosas son parecidas todavía, pero ya se ve el horizonte de ese cambio”.

ASÍ SE TEJIÓ EL ACUERDO

Habían terminado los días de descanso que el candidato se tomó en Tehuacán por Semana Santa, relata. La reunión que pidió la mañana del lunes con Ricardo Monreal Ávila y Alejandro Armenta ya había tenido respuesta, y a las pocas horas se encontraban platicando los tres en una casa frente al Senado.

Fue así como al día siguiente la imagen inundaba las redes sociales, es así como ahora Armenta y Barbosa estrechan sus manos.

EL FINAL DE LOS REFLECTORES

“Creo y confío en el señor Barbosa, sé que él va a lograr la normalidad democrática que ya se está construyendo a nivel nacional. Yo le agradezco al señor Barbosa el gesto, la bondad y la generosidad y de parte de nosotros hay en ese mismo sentido un respaldo, licenciado, que estoy convencido que lo que estamos haciendo es por el bien de Puebla”, dice Armenta.

El senador con licencia ha decidido regresar a su curul, anuncia, y en los hechos deja los reflectores atrás, después de levantar la mano a su ex rival.

Al despedirse del candidato sale —sin responder a un grupo de reporteros que buscaba una entrevista más— por una puerta de emergencia del salón del hotel Crowne Plaza, el war room desde el año pasado del candidato por Juntos Haremos Historia, donde Armenta Mier le ha prometido apoyo incondicional en lo que resta de la campaña. Donde ha abandonado los reflectores. En el lugar donde quedó enterrado el conflicto en Morena.