Garganta Profunda
Por: Arturo Luna Silva / @ALunaSilva

De error en error, Alejandro Armenta sigue haciendo más grande la fractura en Morena Puebla, y complicadísima, si no es que ya imposible, la operación cicatriz que muchos veían necesaria de cara al 2 de junio. El senador con licencia tapa un hoyo pero de inmediato destapa otro y no acaba de salir de Guatemala para internarse en los intrincados de Guatepeor, ganándose la unánime reprobación del respetable. Un verdadero kamikaze.

Veamos:

Hace unos días, según nos enteramos gracias a una serie de audios, pronosticó la muerte del candidato de Juntos Haremos Historia al gobierno del estado y aseguró que parar al titular de la Secretaría General de Gobierno, Fernando Manzanilla, significaría “quitarle la otra pierna” —a Barbosa se entiende—.

Este lunes, como si fuera cualquier cosa lo que dijo —a menos que salga como Mario Marín con aquello de es su voz, pero no su voz—, subió unos tuits que se caen de hipócritas y con los que pretende dar por saldado el escándalo que lo envuelve y que podría costarle, si no es que ya le costó, la expulsión del partido que lo hizo senador.

Y fueron hipócritas básicamente por tres razones:

Nunca se disculpa con Barbosa por sugerir su inminente muerte y por afirmar que “está incapacitado, ya no ve”, y que en su lugar gobernará Manzanilla.

Nunca se refiere a Barbosa como candidato —que lo es, aunque le pese—; sólo lo llama como el “Lic. Barbosa”.

Y nunca dice claramente que se suma o que se sumará a la campaña de Barbosa, a pesar de que éste, generosamente, ha vuelto a decir —así sea de dientes para afuera— que “lo necesita” en su campaña. Por el contrario, Armenta señala que no piensa “declinar a mis derechos políticos” y que el proceso jurídico que inició para tumbar la candidatura de Barbosa “sigue” ante el TEPJF.

Pese a que mostró el cobre, Armenta sigue haciendo todo, y todo es todo, por tirar a Barbosa.

No fueron suficientes frases, afirmaciones y sugerencias de muy mala fe, y que por eso mismo pasarán a la posteridad de la ignominia política poblana, como aquella de “si nosotros paramos a Manzanilla, en automático le quitamos la otra pierna a Barbosa” o aquella otra de “Barbosa ya está incapacitado, ya no ve, él (Manzanilla) es el que va a estar gobernando”.

Armenta cree que con tres tuits lo van a perdonar, o que Barbosa (y Manzanilla) van a olvidar la afrenta.

Tres tristes e hipócritas tuits.

(Por cierto: ni un tuit —ni triste ni hipócrita— ha dedicado el senador (todavía con licencia) Alejandro Armenta para aclarar sus relaciones peligrosas con José Christian, alias El Grillo, uno de los principales líderes del narcomenudeo en la ciudad de Puebla y cuyo abogado, Jorge Pablo Fuentes Gómez, es colaborador de Armenta en la Comisión de Hacienda a cuya presidencia en breve regresará).

(¿A qué se deberá?)