Garganta Profunda
Por: Arturo Luna Silva / @ALunaSilva
Luego de muchos días amargos, al parecer la unidad en Morena empieza a tener luces y forma. El senador todavía con licencia Alejandro Armenta Mier y el candidato de Juntos Haremos Historia, Luis Miguel Barbosa Huerta, consiguieron los primeros acuerdos de paz, con la intermediación del coordinador morenista en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, a petición del segundo. Se estaría conjurando así la posibilidad de una insalvable ruptura y, en cambio, se estaría abonando también a una oportuna sincronía hacia el 2 de junio. Sin embargo, hay quienes todavía hacen gestos de desaprobación. En el papel, miembros del equipo del legislador comenzaron ya contactos para sumarse al trabajo de campaña, pero muchos otros todavía esperan señales más firmes.
Los principales operadores de Armenta desde este martes buscaron a las cabezas de la campaña de Juntos Haremos Historia en Puebla (Morena-PT-PVEM).
Luego de la reunión que la noche del lunes sostuvieron los dos políticos con la intervención de Monreal Ávila, a las 23 horas en sus oficinas particulares en la colonia Roma de Ciudad de México, dos son los mensajes más definitivos y claros.
Primero, se busca, efectivamente, la unidad para ir con mayor contundencia contra los contrincantes, que por lo demás ni fu ni fa.
Y el segundo lo dejó el zacatecano Monreal sobre la mesa, casi como recomendación a Barbosa:
El próximo gobernador no puede estar peleado con su senador, por lo que el respeto mutuo es indispensable.
De los acuerdos concretos, más allá de las especulaciones de que habrá cargos para armentistas en el gabinete, están que la noche del martes se bajó la impugnación que mantenía Armenta ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Asimismo, que se cesará cualquier hostilidad en medios de comunicación, no solamente entre ellos, sino también de todos sus colaboradores.
Los pasos que vienen serán lógicos.
El martes de la próxima semana Alejandro Armenta solicitará en la sesión plenaria de la Cámara alta la reincorporación a su escaño y retomará los trabajos que encabeza como presidente de la Comisión de Hacienda.
A más tardar el fin semana el senador con sus últimos días de licencia, aparecerá en algún acto de campaña con Barbosa y seguramente tendrá oportunidad de hacer uso de su voz.
Ya solamente falta que se concreten la invitación y los detalles.
La reconciliación pasará también a la práctica en actos proselitistas.
Incluso, Ricardo Monreal estaría en Puebla para apoyar al candidato de Juntos Haremos Historia.
La lógica indica que también los números de Luis Miguel Barbosa se abultarán.
Sin embargo, todavía en los equipos de uno y otro hay quienes hacen gestos y tragan hiel.
Y es que la reconciliación no será automática.
Hubo serios y muy serios agravios de Armenta y su equipo hacia Barbosa, y hay heridas que tardarán en sanar.
Lo que sí, es que el pretendido pacto de paz entre Barbosa y Armenta fue una mala noticia para las otras trincheras, donde fincaban esperanzas en la ruptura total.
¿Cuánto durará?
¿A cambio de qué?
Habrá que ver porque Armenta ha demostrado que sufre del síndrome de La Chimoltrufia.
Así como dice una cosa hace la otra.
¿O cómo era?